** Esta nota no contiene spolier** "Clouds" está disponible en Disney+ para Latinoamérica. Es una fascinante película inspiradora, basada en la historia del músico Zach Sobiech, quien puso en la cima la canción con el mismo título, "Clouds".
Zach Sobiech padeció un cáncer de huesos poco común (osteosarcoma). Pero la película no se basa en el drama del tratamiento de la quimioterapia, ni tampoco en la muerte. Más bien explora las oportunidades que una persona aún puede encontrar en medio de los peores escenarios.
Fin Argus (Zach Sobiech), Sabrina Carpenter (Samy Brown) y Madison Iseman (Amy Adamle) y Neve Campbell (Laura Sobiech) le dan vida a esta historia llena de amor, lucha, risas y muchas lágrimas.
¿Por qué ver Clouds? 5 razones para verla
- Nunca pierdas la fe.
La película enseña cómo a pesar de que la ciencia dice una cosa, la fe está por encima de cualquier sentencia. Si bien los personajes no se fijan en la idea del milagro, tampoco descartan la posibilidad de ser parte de uno. - Rendirse no es una opción en la vida.
La muerte puede ser dolorosa, pero aun así no deja de ser parte de la vida. Tirarse en un sillón y esperar la llegada de lo indetenible es posible, pero la historia de Zach lleva a entender que cada día cuenta, aunque no sepas lo que habrá mañana. - Cumplir los sueños no es solo cuestión de tiempo, sino de actitud.
En la película los personajes no dejan de lado la risa, aunque irónica y a veces triste, siempre está presente en medio del drama. Y ver la posibilidad de hacer con el poco tiempo la realidad de un sueño alargó las horas para que la canción "Clouds" todavía tenga sentido cuando la escuchamos. - El amor supera las barreras más allá de la muerte.
La lucha sin amor no tiene sentido, pero cuando este sentimiento es fuerte se convierte en el estímulo, en la llama, en una razón. No importa si sabemos que un día perderemos; aun así debemos atrevernos a amar. - No hay que saber cuándo morirás para aprender a vivir.
Definitivamente esta es la gran enseñanza de 'Clouds'. Nos recuerda que dar por sentado el mañana nos mantiene en una zona de confort, cuando en realidad debemos vivir cada día como si no hubiese otro.
