Era tarde, no estaba.
Valdeli Mafra se preocupó porque Flávia Gordinho Mafra, su esposa, no había llegado a su casa. Se encontraba embarazada, tenía 36 semanas de embarazo. Era una maestra suplente de 24 años.
Lo que Valdeli jamás se anticipó según Univisión es que mientras se preguntaba dónde estaba el amor de su vida, era víctima de una trampa insospechada en Santa Catarina, Brasil.
Y es que una vieja amiga de la escuela la invitó a una celebración para celebrar el nacimiento de su bebé, pero al llegar al lugar la atacó con un ladrillo. Inconsciente, le sustrajo la bebé a Flavia de su vientre a pocas semanas de que naciera.
El 29 de agosto su esposo salió a la calle a intentar encontrarla. Se encontraba desesperado cuando, de golpe, se topó con la escena que había tomado lugar la noche antes: su esposa se encontraba tirada en el suelo en un patio de cerámica.
La pequeña bebé —a la que llamó Cecilia cuando todavía se encontraba en gestión— fue la única que sobrevivió al ataque.
Cecilia fue encontrada por la policía en un hospital al que la asesina, de 26 años, la había llevado junto a su esposo. La pequeña niña tenía una serie de cortes y heridas en la espalda. El personal se alarmó porque sabía que algo no andaba bien.
Miraron a la mujer que no mostraba señales aparentes de haber dado a luz.
Las autoridades de inmediato la arrestaron en el lugar. La sospechosa, en un principio, dijo a las autoridades que no sabía en dónde se encontraba su antigua amiga. Incluso dijo que se había ido con otra persona. Sin embargo, al saber que habían encontrado el cadáver confesó que había sido la autora del crimen.
La razón del crimen: un aborto espontáneo la había obsesionado con robarse un bebé. Lo que nadie sabía es que sería el de su amiga, Flávia.
Para esta nota, La Noticia utilizó información de Univisión.