Una sucursal de Chick-fil-A, la cadena de restaurantes de comida rápida que se especializa en pollo frito, anunció su cierre debido a que se encuentra "en medio de una crisis de personal” porque sus trabajadores están “agotados y no tienen relevo".
La sucursal publicó la noticia a través de su cuenta de Facebook, donde también mencionan problemas con otras sucursales.
"Usted puede haber notado que hemos cerrado nuestro comedor, cerrado la entrega en ventanilla y limitado la cantidad de pedidos de catering. Esto se hizo para ayudar a reducir el estrés en nuestro equipo", dice el comunicado.
De acuerdo a un vocero del restaurante de Chick-fil-A en Bessemer, Alabama, cada vez reciben menos solicitudes de empleo y la mayoría de solicitantes no asiste a las entrevistas. Los pocos que aceptan el trabajo renuncian después de una semana.
Otro Chick-fil-A en la localidad de Madison informó sobre la baja considerable en su servicio de ventanilla y en el envío de comida a domicilio. También argumentó que sus empleados estaban “agotados y sobrecargados de trabajo”.
La cadena de restaurantes cuenta con más de 2,400 locales alrededor del país y a pesar de que el corporativo no ha hecho un comunicado oficial al respecto, varias de sus dependencias han manifestado las mismas inconformidades.
"A medida que nos acercamos a la época de mayor actividad del año para nuestro restaurante, que es de septiembre a diciembre, y con la vuelta al cole de los estudiantes de secundaria y de la universidad y la temporada de fútbol y vacaciones acercándose rápidamente, no podemos programar suficientes miembros del equipo para proporcionar el excelente servicio que nuestros clientes se merecen", dice el comunicado.
El restaurante resaltó que el ritmo de trabajo es insostenible para el poco personal con el que cuenta, por eso se tomó la decisión de cerrar, para que "como equipo puedan organizarse nuevamente".