Rhett Shafette, de Mississippi, asegura que ya recibió el mejor regalo del Día del Padre: ver a su hija sanarse después de que él le donó parte de su hígado.
Su hija Cecilia, de 12 años, se ha recuperado con éxito después de recibir hace ocho meses un trasplante parcial de hígado.
La adolescente había estado esperando un donante de hígado por años, hasta que un sangrado casi letal sufrido en 2020 obligó a su familia en pensar en que Cecilia recibiera un trasplante parcial proveniente de un donante vivo.
Así fue como decidieron que su padre sería el donante, dada la compatibilidad encontrada entre ambos cuerpos luego de análisis e investigaciones.
La familia conversó con The Associated Press y explicó que Cecilia sufría de atresia biliar desde que nació. La condición es un infradesarrollo en las vías biliares del hígado que evita el desarrollo adecuado del órgano.

Gracias a la donación de su padre, la niña corrió con la suerte que muchos menores del país aún no han tenido. Según la United Network for Organ Sharing (UNOS), el organismo que administra el proceso de obtención y trasplantes del país, más de 300 niños siguen en la lista de espera para un trasplante de hígado en Estados Unidos.
John Seal, uno de los cirujanos del equipo de trasplante de la familia en el Hospital Infantil Ochsner en Nueva Orleans, cree que la donación anónima entre personas vivas podría ayudar a niños como Cecilia.
"Ningún niño debe morir esperando un hígado (...) El mayor riesgo es ese tiempo de espera para recibir un órgano y ese tiempo de espera es cada vez más largo en todo el país",
dijo Seal.
El cirujano indica que los órganos de los donantes vivos son superiores en calidad que aquellos extraídos de donantes muertos. Piensa que la donación de un padre biológico reduce la posibilidad de que el órgano se rechace.
Sin embargo, algunos menores que esperan trasplantes están en familias de acogida temporal o en situaciones en donde un padre biológico no está disponible o no está dispuesto a donar.

Mientras Cecilia mejora, la satisfacción de su padre es cada vez mayor; dice que está “ansioso de verla desarrollarse al máximo ahora que nada la detiene”.
La madre de Celicia, Angelle, y su esposo ahora sonríen al ver jugar a su hija con su hermana menor, Lydia. Antes del trasplante, Cecilia se habría fatigado o sentido adolorida por la actividad física.
"Tengo mucha suerte y estoy agradecida de que pudiera hacer esto por mí (...). Tengo un papá increíble. Siempre ha sido mi héroe",
aseguró Cecilia.
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Para más información, suscríbete a nuestro Newsletter. La Noticia produjo esta nota con información de The Associated Press (AP).