Tener un negocio no solo es cuestión de trabajar duro, también se necesita saber hacia dónde se quiere llegar. Sin objetivos claros, es fácil perder tiempo, dinero, oportunidades o dejar de crecer como compañía. Por esa razón, la contadora y consultora empresarial, María Ellison explica cómo establecer objetivos claros para fortalecer su negocio y qué errores evitar durante este proceso.
Antes de iniciar, Ellison recomienda: “El primer paso es saber qué quieres hacer, por qué lo haces y hasta dónde quieres llegar y también responder a preguntas como: ¿Ya tienes cliente? ¿Sabes quién podría contratarte? ¿Tienes los recursos necesarios para comenzar? Todo esto ayudará a calcular en donde estás y a qué dirección ir”, explicó.
Ellison tiene 21 años que fundó la compañía SLC Services, una de las primeras en ofrecer servicios de contabilidad en español en Charlotte. Asegura que casi el 95 % de sus clientes son latinos y la mayoría se dedican al sector de la construcción.
Como ejemplo en este sector, explicó que en el caso de un trabajador de construcción interesado en emprender un negocio de “framing”, es decir, en la construcción del esqueleto o armazón de una edificación. Este debe responder si:
- ¿Esa área (framing) es la que le apasiona y en la que tiene experiencia?
- Sus clientes, ¿Cuántos tienen y si les ofrecen proyectos grandes o son solo una o tres casas para construir?
- ¿Cuánto va a gastar en estos materiales para estos proyectos?
- ¿Hay contratos de por medio o solo acuerdos sin responsabilidades legales?
- ¿Lo que gana le permitirá pagar a un trabajador y pagarle un seguro?
Añadió que la edad es otro factor importante para que el emprendedor fije sus objetivos: “Muchos de mis clientes dicen ‘quiero hacer esto por dos o tres años y luego me quiero regresar a mi país, aunque luego no se regresen, pero el tema es que hay que saber si quieren el negocio para independizarse, construir un legado a largo plazo o para retirarse en unos cinco a 10 años. Tampoco es igual para que él comienza en sus 30 que en sus 50 años de edad”
Técnica SMART para fijar objetivos
También menciona la técnica SMART, que es el acrónimo de las palabras Specific (específico), Measurable (medible), Achievable (alcanzable), Relevant (relevante) y Time-based (con tiempo definido). Señala que un objetivo debe cumplir esas características. Otro aspecto importante es el emocional. “Tú tienes que estar feliz con lo que estás haciendo. No se trata solo de dinero. Si no te sientes bien, el negocio no avanza”, comentó.
Aplicando esta técnica al sector de construcción, dio como ejemplo, la meta general: Aumentar el margen de utilidad, estas son las ganancias que se obtienen, luego de cubrir los costos asociados a un servicio. Con este enfoque sería:
- Específica: Aumentar el margen de ganancias a un 10 % en los próximos dos años. “Que si tienes dos clientes actualmente, puedas construir más casas para ellos y también puedas reducir costos y aprovechar mejor los materiales y el personal y, si es posible, conseguir un nuevo cliente”, comentó.
- Medible: Si actualmente gana 15 % de utilidad y quiere llegar a 25 %, entonces podría medir las utilidades cada seis meses para evaluar si esta ha aumentado.
- Alcanzable: “Para lograrlo voy a revisar mis costos de materiales, negociar mejores precios con proveedores y revisar la eficiencia del equipo para evitar desperdicio”, añadió.
- Relevante: Definir si esa meta es realmente importante para lo que el negocio necesita en este momento y adonde quiere llegar.
- Tiempo definido: “Particularmente recomiendo que se establezca una meta cada año y verla a los seis meses. Así, si no se está logrando, ajustar lo que haga falta”.
Errores comunes al establecer objetivos
Junto con lo anterior, Ellison menciona los errores más frecuentes al momento de definir los objetivos de los negocios:
- No delegar: “Muchos quieren hacerlo todo solos. Nos cuesta delegar, porque muchas veces no confiamos. Pero si no delegas, tu negocio no va a crecer”, dijo.
- Falta de objetivos claros: No definir cuánto se quiere mejorar y en cuánto tiempo.
- No adaptarse: “Veo que muchos no están en redes sociales, no quieren invertir en promoción o no les interesa. Así la competencia les gana”.
- No llevar control financiero: “Hay que revisar cada año cuánto se ganó, cuánto se gastó, en qué se fue el dinero”.
- Falta de constancia: Emprenden con entusiasmo, pero luego se desmotivan.
No pedir ayuda: “Hay muchas compañías de consultoría que pueden ayudar a mejorar, pero la gente no las busca”.
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