Dos desenfrenados toros abollaron las Flechas Plateadas de Mercedes y ante un perfecto verde, blanco y rojo en el firmamento, colocaron sus estrellas en la bóveda celeste.
Y aunque Max Verstappen ganó, fue la tarde mágica de Checo Pérez en el Gran Premio de México.
El neerlandés fue intratable en el asfalto del Autódromo Hermanos Rodríguez y consiguió su tercer triunfo en México para aumentar su ventaja sobre Lewis Hamilton -que fue segundo en la carrera- en el Campeonato Mundial de Pilotos.
Mientras que Checo aprovechó el tórrido amor de sus fanáticos connacionales para impulsarse a conquistar el primer podio de un mexicano en la historia del GP de México.
El lienzo del concreto del Foro Sol se tiñó de verde, blanco y rojo en un aviso al mundo de que la resiliencia y la unión pueden combinarse para dibujar una auténtica obra de arte tan sublime y poderosa que ni la más fuerte pandemia en años pudo contener.

El Autódromo Hermanos Rodríguez se disfrazó de esperanza durante 742 largos días hasta que en un eufórico estallido de gracia, puso fin a la pausa de 2020 con la bandera verde anunciando el comienzo de un Gran Premio de la Ciudad de México que reavivó la fe.
Como es ya tradición en las arrancadas del GP de México, el tráfico provocó una hecatombe que aprovechó el neerlandés para colocarse primero del pelotón.
Y simultáneamente, un accidente hizo ondear la primera bandera amarilla de la tarde tras un toque de Bottas con Ricciardo que al poleman lo rezagó hasta la posición 18, mientras que el australiano perdió su alerón como daño colateral.

La tragedia del finés dio vida a Checo, que tras largar cuarto, tomó por asalto el tercer puesto.
Pérez manejó con pulcritud y se colocó segundo en la vuelta 30 gracias a un rebase sobre Hamilton.
Era el momento del mexicano, pues cuatro giros después tomó el liderato cuando Max pasó a pits para hacer estallar de júbilo a un AHR ávido de romper con el hechizo de jamás haber visto subir al podio a uno de los suyos.
Pero la ilusión de ver a Checo en la punta se terminó en la vuelta 41.
El tapatío de 31 años salió segundo de pits por detrás de su coequiper.
Y finalmente, un giro más tarde perdió la segunda plaza a costa del británico siete veces campeón del mundo y su destreza al volante.
Pero Verstappen, bravo e indomable como el toro que es, no cedió ni un centímetro.
Detrás suyo, Hamilton corría desesperado para no perderle el paso, en ocasiones, mucho más preocupado por la persecución de Pérez.
Y así, completados los 71 giros al AHR, Red Bull hizo el 1-3 gracias al neerlandés más líder que nunca del campeonato, y al mexicano tocado por los dioses.
Se trató del podio 15 de Pérez Mendoza en la máxima categoría. Primero de un piloto local en México.
Porque no hay mal que dure 100 años, ni Checo que los aguante.
