No todas las familias latinas se encuentran más allá de sus países de origen para apoyarse, y ese fue el caso de un hombre que perdió a su esposa e hijo a causa de disparos que les propinó un vecino a quien solo le hicieron una sana petición.
Disparar a la nada es un pasatiempos en localidades rurales. Y eso hacía un hombre el viernes 29 de abril, pero su vecino, Wilson García, estaba preocupado porque su pequeño hijo de dos meses no paraba de llorar. En vista de que era tarde, García tocó la puerta de al lado para pedir "respetuosamente" al hombre que le abrió la puerta que disparase un poco más lejos de su casa.
"Nos dijo que estaba en su propiedad y podía hacer lo que quisiera",
relató García.
Ante la actitud del sospechoso del ataque, identificado como Francisco Oropeza, García llamó a la policía no solo una, sino cinco veces. Mientras tanto, aumentaba la preocupación debido a que los disparos además de continuar, ahora eran más cercanos. La policía dijo en todas las llamadas que la ayuda iba en camino.
"No me disparará a mí, soy mujer"
Pasaron entre 10 y 20 minutos después de que García volvió de la casa de Oropeza, cuando notó que el hombre empezó a correr hacia él mientras recargaba su arma.
"Le dije a mi esposa ‘entra. Este hombre ha cargado su arma’", dijo García. “Mi esposa me dijo que fuera dentro porque ‘no me disparará a mí, soy una mujer’".
relató García.
El hombre llegó hasta la casa y empezó a disparar. La esposa de García, Sonia Argentina Guzmán, de 25 años, estaba en la puerta delantera y fue la primera en morir. En la casa había 15 personas en total, varias de ellas amigos que habían acudido para sumarse a la esposa de García en un retiro religioso.
"El hombre parecía decidido a matar a todo el mundo",
dijo García.
En total hubo cinco víctimas fatales. Entre ellos también estaban el hijo de García de 9 años de edad, un amigo, y dos mujeres que murieron protegiendo al bebé de García y a su hija de dos años.
García dijo que una de las mujeres le dijo que saltara por la ventana "porque mis hijos se habían quedado sin madre y uno de sus padres tenía que seguir vivo para cuidarlos".
"Intento ser fuerte por mis hijos. Mi hija lo entiende un poco. Es muy difícil cuando empieza a preguntar por mamá y por su hermano (mayor),
dijo García entre lágrimas.
La esposa e hijo de García asesinados y las otras tres víctimas fatales (Diana Velázquez Alvarado, 21; Julisa Molina Rivera, 31; y José Jonathan Casarez, 18) eran hondureños.
Ofrecen recompensa por latino que asesinó a cinco personas
Luego del asesinato, Oropeza huyó de la escena. En la búsqueda participan más de 200 policías de distintos cuerpos. La policía fue puerta a puerta con la esperanza de encontrar cualquier pista que les llevara hasta el sospechoso.
El gobernador, Greg Abbot, ofreció una recompensa de $50,000, que se elevó hasta $80,000 por cualquier información sobre el paradero de Oropeza tras contribuciones de autoridades locales y el FBI.
“Les puedo decir que ahora tenemos cero pistas”, dijo James Smith, el agente especial del FBI a cargo del caso, durante una conferencia de prensa, que volvió a pedir información a la población local.
La policía recuperó el rifle AR-15 que se cree utilizó Oropeza en el tiroteo. Las autoridades no estaban seguras de si Oropeza llevaba más armas, después de que se encontraran otras en su casa, pero dijo que se le debería considerar armado y peligroso.
Es probable que huyera del lugar a pie. En las primeras horas de búsqueda, los investigadores encontraron ropa y un celular mientras revisaban una zona con densos bosques, pero los perros perdieron el rastro, indicó el jefe de policía del condado, Greg Capers.
Las autoridades pudieron identificar a Oropeza por un carnet de identidad emitido por las autoridades mexicanas para ciudadanos que residen fuera del país, así como por imágenes de la cámara en la puerta. La policía también ha entrevistado a la esposa del sospechoso en varias ocasiones, añadió.
Con información de The Associated Press.