El presidente Donald Trump firmó la noche del miércoles una orden ejecutiva que suspende por dos meses la emisión de nuevas de residencia (green cards), según dijo, para proteger a los empleos de los estadounidenses en medio de la pandemia de coronavirus (COVID-19).
Para proteger a nuestros grandes trabajadores estadounidenses, acabo de firmar una orden ejecutiva que suspende temporalmente la inmigración a Estados Unidos
, dijo el primer mandatario.
Esto garantizará que los estadounidenses desempleados de todos los orígenes sean los primeros en la fila de empleos a medida que nuestra economía se reabre
, agregó Trump. También preservará nuestros recursos de atención médica para pacientes estadounidenses
.
Se puede extender
La Casa Blanca además aseguró que pese a que la orden, que posterga los trámites de quienes buscan la residencia permanente en Estados Unidos tendrá una duración de 60 días, al final de ese período será reevaluada y potencialmente extendida.
¿Quiénes se afectarán?
La orden aplicará a los extranjeros que están fuera de Estados Unidos y que buscan una tarjeta de residencia. No están incluidos en esta restricción los inmigrantes que tramitan su residencia y se encuentran en el país, ni sus familiares directos como cónyuges e hijos.
Según expertos, la categoría de inmigrantes más afectada probablemente serán aquellos que buscan tarjetas de residencia a través de sus empleadores o en función de sus méritos profesionales.
Trabajadores temporales
Esta nueva restricción migratoria tampoco afectará a las visas usadas para realizar trabajos temporales en Estados Unidos, como en el área del turismo y la agricultura.
Otras excepciones
También establece excepciones para los trabajadores esenciales, incluido personal médico, cónyuges e hijos de ciudadanos estadounidenses, miembros de las Fuerzas Armadas, entre otros.
Otras medidas en camino
La orden incluye una disposición para que los secretarios de Trabajo y Seguridad Nacional revisen los programas de visas de no inmigrante y recomienden otras medidas para garantizar que los trabajadores estadounidenses sean la prioridad a la hora de llenar puestos de trabajo.
Aproximadamente 22 millones de estadounidenses han solicitado beneficios de desempleo en las últimas cuatro semanas.