Los obispos católicos de Carolina del Norte emitieron una declaración conjunta, el 5 de febrero, sobre la inmigración, destacando su impacto en la dignidad y los derechos humanos. Subrayaron la necesidad de abordar el tema con justicia y misericordia, siguiendo los principios de la doctrina social católica. Esto en respuesta a los cambios migratorios restrictivos de la administración de Donald Trump.
Obispos hacen un llamado a la reflexión y la acción
El debate sobre la inmigración en Estados Unidos es complejo y genera posturas divididas. Sin embargo, los obispos afirman que no es solo un tema político, sino una cuestión moral que afecta a millones de personas.
El Reverendísimo Michael T. Martin, Obispo de Charlotte, y el Reverendísimo Luis Rafael Zarama, Obispo de Raleigh, reconocen que muchas personas viven en el país sin documentación legal, pero insisten en que esto no debe ser un obstáculo para respetar su dignidad humana. Al mismo tiempo, apoyan reformas en la política migratoria que brinden oportunidades a quienes ya forman parte de la sociedad.
El papel de la Iglesia en la crisis migratoria
Los obispos destacaron que los inmigrantes son una parte fundamental de las parroquias católicas y que la Iglesia debe acogerlos y apoyarlos. Recordaron que Jesús mismo fue un refugiado, y que la fe católica enseña a recibir al extranjero con compasión.
Para ayudar a las familias en situación vulnerable, las Caridades Católicas de Carolina del Norte ofrecen apoyo con:
- Alimentos y asistencia doméstica para quienes enfrentan dificultades.
- Servicios de Inmigración Legal, proporcionados por personal acreditado por el Departamento de Justicia.
- Educación sobre derechos legales, sin promover la resistencia a la ley.
Principios católicos sobre inmigración
Los obispos reafirmaron su compromiso con una reforma migratoria justa, basada en los siguientes principios:
- Derecho a emigrar: Cuando una persona no puede vivir dignamente en su país, tiene derecho a buscar una vida mejor.
- Regulación fronteriza: Un país puede controlar la inmigración, pero sin olvidar la compasión y la justicia.
- Justicia y misericordia: La política migratoria no debe crear una subclase permanente sin acceso a un estatus legal.
- Protección de familias vulnerables: La unidad familiar es clave para el bien común y debe ser protegida.
Los obispos subrayaron que los servicios de la Iglesia, como educación, atención médica y apoyo social, deben estar disponibles para todos, sin importar su estatus legal.
Un mensaje de esperanza y unidad
Los líderes católicos aseguraron que seguirán trabajando por una solución duradera al sistema migratorio de Estados Unidos. Llamaron a los fieles a reflexionar sobre este tema desde la fe y a ver a los inmigrantes como hermanos y hermanas en Cristo.