Se encienden las alarmas al registrarse elevadas muertes de maestros en el país.
Maestros de al menos tres estados han muerto debido al COVID-19 desde que inició el nuevo ciclo escolar. El líder de un sindicato de trabajadores docentes expresó su preocupación de que el regreso a las clases presenciales pueda tener un impacto letal en el país. Pide que se tomen las debidas precauciones.
El nuevo ciclo escolar trae consigo otra oleada de muertes
AshLee DeMarinis tenía apenas 34 años cuando murió el 6 de septiembre, luego de pasar tres semanas en el hospital. Enseñaba habilidades sociales y educación especial en la Escuela Secundaria John Evans, de Potosi, Missouri.
Una maestra de tercer grado falleció el 7 de septiembre en Carolina del Sur, y otros dos docentes murieron recientemente en Mississippi.
Se desconoce el número de maestros que han enfermado de COVID-19 en Estados Unidos desde que comenzó el año escolar, pero tan sólo en Mississippi se han reportado 604 infecciones entre maestros y personal escolar.
La primera etapa de la pandemia cobró la vida de decenas de profesores. Tan sólo en el Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York murieron 75 empleados por el coronavirus, de los cuales 31 eran maestros.
En todo el país, la American Federation of Teachers ha reportado la muerte de 210 agremiados. La lista incluye a personal de apoyo, jubilados y maestros.
Los maestros requieren de mayores medidas de precaución
Randi Weingarten, presidente de la American Federation of Teachers, señaló que las escuelas necesitan lineamientos como el uso obligatorio de mascarillas y estrictas reglas de distanciamiento social para una reapertura segura.
"Si el contagio comunitario es tan elevado como en Missouri y Mississippi, si no se cuenta con la infraestructura para hacer pruebas de diagnóstico, y si no se cuenta con las medidas de seguridad para evitar la propagación de virus en las escuelas, creemos que no podemos reabrir las clases presenciales", declaró Weingarten.
Johnny Dunlap, maestro de teatro y estudios forenses de la Escuela Secundaria Dodge City de Kansas, dijo que consideró presentar su renuncia antes de que el distrito ordenara el uso obligatorio de mascarillas entre profesores y estudiantes.
Sin embargo, sus antecedentes de cáncer de vejiga e hipertensión arterial han dejado al profesor de 39 años de edad un tanto angustiado de estar rodeado de tantas personas. Los problemas de salud previos pueden elevar el riesgo de muerte y complicaciones entre los pacientes de COVID-19.
Con información de The Associated Press