El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aseguró que cualquier condado o ciudad que obligue a sus empelados a vacunarse contra COVID-19, tendrá que pagar una multa de $5,000 por cada empleado, lo que desafía el plan federal para acelerar la vacunación.
Esto tiene como idea "defender a los hombres y mujeres que nos están sirviendo. Vamos a proteger los trabajos de Florida", dijo el gobernador respecto a la idea de defender el libre albedrío y la decisión de los empleados.
Esto se traduciría en castigos millonarios para las ciudades pues buscaría evitar que se obligue a trabajadores del poder ejecutivo, contratistas vinculados al Gobierno federal y a empresas privadas con más de 100 personas a vacunarse.

En algunos lugares como Gainesville, Orange y Leon se ha advertido de despidos a personas que no se vacunen, lo que Ron DeSantis busca evitar, defendiendo la libertad de elección.
Esto ha sido fuertemente criticado por el gobierno de Joe Biden, pues el impulso a la vacunación es frenado con este tipo de mensajes.
“Tenemos funcionarios electos que están socavando la lucha contra la pandemia. En vez de alentar a las personas a que se vacunen y usen mascarillas están consiguiendo morgues móviles para los no vacunados que están muriendo por el virus. Esto es completamente inaceptable”, aseveró Biden en la rueda de prensa.
Cabe resaltar que el Gobernador de Florida también ha impedido que se exija a los estudiantes de todos los distritos escolares el uso de mascarillas, ya que al igual que las vacunas las considera una elección individual.