Translate with AI to

Armar rompecabezas no es solo una actividad recreativa y divertida, ya que además incluye otros beneficios como: apoyar el desarrollo motriz, la estimulación mental y la influencia en la conducta.

Los beneficios de armar rompecabezas se logran desde pequeños, pero durarán para toda la vida. Incluirlos dentro de los juguetes esenciales de los niños es un hábito recomendable.

¿Por qué armar rompecabezas?

El armado de los rompecabezas tiene sus niveles de complejidad. Así que es posible que algunos niños se desesperen en las primeras ocasiones y lo quieran abandonar. En ese caso, lo primero es escoger opciones de acuerdo con la edad de los niños, pues esto impacta en los niveles de complejidad. Luego, tratar de motivarlos en familia para hacer más divertida la tarea.

La práctica habitual de armar rompecabezas terminará potenciando áreas específicas en los niños:

1) Paciencia, concentración y atención.

Los niños experimentan diversidad de emociones al armar rompecabezas. Una vez que le encuentran el ritmo no querrán despegarse hasta terminarlo, aumentando su tenacidad. Es posible que no logren armarlo en una sola sesión y cuando lo tengan que soltar sentirán deseos de volver a sentarse.

Ese tiempo de espera y el que les tome cumplir el armado desarrollará la paciencia. Aprenderán que los pequeños pasos generan resultados. Asimismo, potenciarán la concentración, importante para analizar las piezas según su forma y color. Esto hace que sean ideales para niños con déficit de atención.

2) Capacidad motriz fina.

El niño podrá desarrollar la coordinación entre el ojo y las manos. Los músculos del cuerpo se mantienen en ejercicio al tener que tomar las piezas con las pequeñas manos y ubicarlas en un espacio.

La capacidad motriz fina guarda relación con el aprendizaje y el desarrollo de la inteligencia. Es una habilidad que los niños necesitan para hacer tareas escolares sencillas. Desde sostener el lápiz, dibujar y apilar bloques, requieren de esta habilidad.

3) Memoria activada y ejercitada.

Sin duda cada una de las tareas de armar un rompecabezas mantienen a la mente en estado de alerta. Esa actividad cerebral constante se refleja en el tener que recordar la imagen que se está armando. Pero también en recordar qué pieza ya se probó y no encajó.

La memoria visual se ejercita cuando se hace la selección y separación de las piezas por colores, por ejemplo. A medida que se van sacando las piezas para ponerlas en el grupo al que corresponden, automáticamente la mente responde de qué lado van.

4) Habilidades estratégicas y resolución de conflictos.

Mover las manos finamente requiere de un análisis y de ahí se decide dónde ubicar las piezas. Los niños comienzan a notar que si empiezan por las orillas tendrán el marco inicial, eso es estrategia.

Los juegos son problemas por resolver. Así que el rompecabezas es un problema cuya solución obligará a: identificar el problema (dificultad del rompecabezas), observar (la referencia de qué se debe armar), comparar (piezas según sus características) y encontrar una solución (armarlo).

5) Trabajo en equipo.

Cuando la familia se junta para armar rompecabezas, aparte de pasar tiempo de calidad, habrá risas y diversión. Pero, también ayudará a trabajar en equipo, lo que a su vez favorece el respeto y la tolerancia.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com