“Sin ella no estaría en la NFL”, asegura Cooper Kupp en referencia a su esposa, Anna Croskrey.
La pareja se conoció en la Universidad Eastern Washington, donde ambos practicaban una disciplina deportiva.
Muy pronto en su relación, apostaron todas sus fichas a Kupp, quien llegó a la NFL como la selección número 69 del Draft de 2017, no sin antes superar una serie de obstáculos financieros que estuvieron cerca de acabar con sus sueños.
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Croskrey reconoció que, durante la etapa universitaria, “tuve que trabajar a tiempo completo para que él no tuviera que preocuparse por eso, para que pudiera concentrarse en su carrera”.
La pareja que se casó en junio de 2015 ahora tiene un par de hijos que disfrutan del éxito del #10 con Los Ángeles Rams.
“No hay duda en mi mente, no solo no estaría aquí donde estoy hoy sin ella o sin lograr las cosas que estaría haciendo”.
“Realmente creo que podría no estar en esto, podría no estar en la NFL si no fuera por ella y por lo que me inspiró y me empujó a hacer”, señaló el ofensivo.
Este será el segundo Super Bowl que disputa el WR nacido en la capital del país.
Ya en el anterior viaje al “gran juego”, la pareja reflexionó sobre los objetivos que se plantaron cuando decidieron poner todos los esfuerzos en que Cooper se convirtiera en un jugador profesional de fútbol americano.
“Obviamente, tenemos sueños sobre lo que queremos en nuestras vidas. Este juego es algo que nos ayuda a conseguirlos, por eso nuestro matrimonio es tan fuerte”, señaló Kupp.
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El receptor angelino está firmando un año de ensueño, donde no solamente se posicionó como el mejor de la NFL en su posición, también se encuentra entre los candidatos al MVP.
Los Rams tienen al mejor ofensivo de un Super Bowl donde la familia Kupp espera cristalizar uno de los sueños que tienen pendientes.