Las primeras semanas del nuevo año avanzan muy rápido y muchos miran con preocupación la lista de cosas que quisieran mejorar en sus vidas, al mismo tiempo llega el recuerdo de aquellos propósitos que se hicieron el año pasado y que al final no se cumplieron. ¿Cómo le gustaría que estuviese su familia, sus finanzas, su salud?, ¿todavía queda tiempo para conquistar estas metas?
El poder de las pequeñas decisiones
El autor y empresario Jeff Olson en su libro “The Slight Edge” (traducido al español como: La ligera ventaja) nos ofrece una visión ampliamente documentada sobre cómo las pequeñas decisiones cotidianas no solo son las más importantes, sino que de ellas depende nuestro futuro. Veamos dos ejemplos.
Usted tiene sed y puede decidir entre beber un vaso de agua y un vaso de soda. Si opta por el vaso de agua, eso no significa necesariamente que su salud mejorará significativamente, solo por ese pequeño vaso. Por otro lado, si bebe el vaso de soda tampoco significa necesariamente que su salud se quebrantará, solo por ese pequeño vaso. Eso nos lleva a un punto de inflexión: Decidir por el vaso de agua es fácil, cualquiera lo puede hacer, al mismo tiempo no optar por el vaso de agua también es fácil.
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¿Entonces, qué va a determinar el estado de su salud?
Debido a que no percibimos un impacto significativo en nuestras vidas con esa pequeña decisión, pensamos que es un tema sin mayor trascendencia, pero la realidad es que, la suma de esas pequeñas decisiones, a lo largo del tiempo, es lo que va a determinar el estado de su salud. En el fondo esas pequeñas decisiones son las más importantes.
Muchos piensan que para mejorar su salud necesitan tomar medidas radicales, grandes decisiones que impactarán sus vidas, por ello es frecuente ver en enero los gimnasios atiborrados de gente con buenas intenciones, pero casi vacíos en mayo. Mucha gente quiere tomar grandes saltos que luego no puede mantener.
Por el contrario, si usted se mantiene firme en las pequeñas decisiones, aquellas que no requieren gran esfuerzo, como beber agua cada vez que tiene sed, o no aceptar golosinas, o caminar todos los días, el efecto acumulativo de esas pequeñas acciones al cabo de un año le traerá enormes beneficios.
Con constancia, pequeños pasos pueden dar grandes resultados
Veamos otro ejemplo. ¿Qué tan complicado es leer 10 páginas de un buen libro al día durante sus ratos libres? Es realmente algo sencillo, cualquiera lo puede hacer. Ahora, si usted lee solamente 10 páginas esta noche no significa necesariamente que va a despertar al día siguiente como un genio. Si en su lugar prefiere pasar ese tiempo jugando con su teléfono, o contemplando la vida de los demás en las redes sociales, eso tampoco va a reducir su coeficiente intelectual. Nuevamente nos encontramos con una pequeña decisión fácil de hacer y al mismo tiempo fácil de no hacer.
¿Qué pasaría dentro de un año si lee 10 páginas diarias? Habrá leído 3,650 páginas. A un promedio de 255 páginas por libro, eso significa que habrá devorado 14 libros en 12 meses. Esos 14 libros lo pueden transformar en una persona más preparada, con un vocabulario más extenso, mejor informada, con mayor ventaja sobre sus compañeros o colegas.
¿Cómo le gustaría que estuviese su familia, sus fianzas, o su salud en un año? Tenga clara esta imagen en su mente y luego contrástela con las pequeñas decisiones cotidianas. Pregúntese ¿esta pequeña decisión me aleja o me acerca a mi objetivo? Use este principio como un filtro para su toma de decisiones.
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