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Detención de vehículo durante operativo del Departamento de Policía de Charlotte Mecklenburg (Foto: Redes Sociales de CMPD).

Según datos de la Oficina de Investigaciones de Carolina del Norte, de enero a octubre de 2025, el número de detenidos por conducir en estado de ebriedad o DWI es de 2,754. De ellos, 762 eran latinos, es decir, casi uno de cada cuatro (27.7 %).

Dentro de ese total, se registraron 700 mujeres detenidas, de las cuales 87 eran latinas. En cuanto a los hombres, fueron 2,054 los detenidos por DWI durante este período. De ese grupo, 675 eran latinos, lo que representa aproximadamente uno de cada tres (32.8 %).

Diferencias entre DUI y DWI en Carolina del Norte

Conducir Bajo la Influencia, en inglés Driving Under the Influence (DUI), es el delito de conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Se diferencia del DWI (Driving While Impaired) en que esta última solo se refiere a manejar en estado de ebriedad.

En Carolina del Norte, a diferencia de otros estados, la ley no reconoce una diferencia entre estos dos delitos y la persona que conduce bajo influencias, ya sea alcohol, drogas, ciertos medicamentos prescritos (como aquellos que son para dormir), son detenidos, multados y acusados por “conducir en estado de ebriedad o DWI”.

El factor determinante más importante para recibir o no un DWI depende de su nivel de concentración de alcohol en sangre (BAC). Si el conductor es mayor de 21 años y tiene un BAC de 0.08 % o más, se le acusará de DWI. Mientras tanto, cualquier nivel de consumo de alcohol para conductores menores de 21 años puede resultar en un DWI. Los conductores comerciales y aquellos que han sido acusados de un DWI anterior tienen un estándar diferente del 0.04 %.

Preocupa el aumento de este delito en Navidad

El oficial de la división de Steele Creek del Departamento de Policía de Charlotte-Mecklenburg (CMPD), Claudio Jiménez, advierte que con la llegada de la proximidad de diciembre y la Navidad a la vuelta de la esquina, este es uno de los delitos que ocurren con mayor frecuencia, especialmente entre la comunidad latina

Por ello, recomienda optar por el uso de taxis, para evitar exponerse y exponer a otros a accidentes, reportar al 911 si observa alguna situación de emergencia o alertar al 311 o al 704-334-1600, si observa algún delito relacionado con el consumo de estas sustancia o la conducción temeraria.

Si usted va a beber, no maneje, y si usted va a manejar, no beba. Pida taxi o Uber. Y si está con alguien que bebió, sea un buen amigo y quítale las llaves del auto; podría estar salvando su vida y la de otras personas inocentes”, advirtió.

Por su parte, la abogada Yesenia Polanco-Galdámez explica que algunas personas creen que, por protección, pueden quedarse dormidas en su vehículo tras beber. Sin embargo, aclara que al tener la llave del carro puesta y quedarse dormido allí, aunque no esté conduciendo, se interpreta como una conducción en estado de ebriedad y la consecuencia puede ser un DWI.

Esto pasa mucho en los meses de calor o de frío. La persona que va embriagada piensa en no manejar, estacionar su carro en la calle y quedarse a dormir un buen rato. O llegan a su casa y alguien no les abre la puerta, así que tienen que quedarse en su auto y encender la calificación y el aire acondicionado. Hasta pasa, a veces, cuando la persona se va a hablar por teléfono en su vehículo por privacidad, pero esto es considerado conducir bajo influencia, bajo la ley de Carolina del Norte”, dijo a La Noticia.

Agregó: “El oficial, al llegar, va a ver que la llave está metida en el encendedor del coche, entonces aunque el coche no se mueve, puede asumir que está o estabas manejando el auto. Mi consejo es que se siente atrás o del lado del pasajero si se ve obligado a resguardarse en su vehículo. No en el asiento del conductor”.

El uso de estos medicamentos puede llevar a un DWI

Existen medicamentos que, por sus componentes químicos, pueden afectar su capacidad de concentración y coordinación. Estos son: 

  • Ansiolíticos: como Diazepam, Alprazolam y Clonazepam.
  • Antidepresivos, especialmente cuando se inicia el tratamiento o se ajustan las dosis.
  • Analgésicos para aliviar el dolor con opioides.
  • Medicina para las alergias.
  • Medicamentos para el mareo o vértigo.
  • Medicinas para el resfriado o la gripe.

Es importante leer las advertencias y los efectos secundarios de los medicamentos antes de tomarlos y evitar mezclar estos medicamentos con el alcohol, ya que potencian los efectos sedantes.

Consecuencias de conducir ebrio en Carolina del Norte

Conducir en estado de ebriedad en Carolina del Norte conlleva graves consecuencias legales, las cuales varían según el nivel de intoxicación, los antecedentes del conductor y la existencia de factores agravantes. Además, para algunos latinos, estas infracciones pueden implicar serias repercusiones migratorias. 

Carolina del Norte clasifica los delitos por niveles del 1 al 5. Cuanto menor el número, más grave es el castigo. Las consecuencias por cada nivel son:

  • Nivel 5: multa de hasta $200 y una pena entre 24 horas y 60 días de cárcel. Con posibilidad de realizar 24 horas de servicio comunitario y prohibición de conducir un vehículo durante 30 días.

  • Nivel 4: multa de hasta $500 y una pena de 48 horas a 120 días de cárcel. El juez puede suspender la sentencia con 48 horas de servicio comunitario y prohibición de conducir un vehículo durante 60 días.

  • Nivel 3: multa de hasta $1,000 y una pena de 72 horas a seis meses de cárcel. El juez puede suspender la sentencia si el conductor pasa al menos 72 horas en la cárcel, realiza 72 horas de servicio comunitario o no conduce un vehículo durante 90 días.

  • Nivel 2: multa de hasta $2,000 y una pena mínima de 7 días a un año de cárcel.

  • Nivel 1: multa de hasta $4,000 y una pena de 30 días a dos años de cárcel.

Los conductores clasificados en los niveles 1 y 2 incluyen:

  • Reincidentes por DWI.
  • Personas con la licencia revocada.
  • Conductores que transportan a niños pequeños.
  • Conductores que causan lesiones a otras personas en un accidente mientras están ebrios.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.