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El vecindario en los alrededores de Central Avenue y Albemarle Road es ahora uno de los sectores más diversos de Charlotte. A lo largo del corredor, un tercio de los residentes se identifican como latinos, un tercio como afrodescendientes, casi uno de cada 10 como asiáticos y uno de cada cinco como blancos o caucásicos.

El empresario Manolo Betancur dice que si uno quiere experimentar el mundo, simplemente hay que recorrer Central Avenue.

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“Es bonito porque aquí llegan a nosotros los musulmanes, nos llegan los europeos, nos llegan hindúes, nos llegan africanos”, dijo Betancur. “Cada uno encuentra algo similar a lo de sus países.”

Central Avenue, donde Betancur opera Manolo's Bakery, se siente como estar en casa, dijo.

Un letrero en Manolo's Bakery
Un letrero en Manolo's Bakery dice, hecho en Estados Unidos por manos inmigrantes. - Foto: Kayla Young, WFAE/La Noticia

Pero las ciudades son lugares de cambio, explica el historiador local Tom Hanchett. A medida que Charlotte crece y la ciudad evalúa los planes de revitalización, dice que el corredor de Central Avenue podría cambiar de maneras inesperadas, como lo ha hecho antes.

“Un vecindario que no cambia probablemente se muere de alguna manera”, dijo Hanchett. “Sin embargo, lo que está pasando en el corredor de Albemarle Road, el corredor de Central Avenue, con los precios subiendo en espiral, lo hace difícil para un propietario de una pequeña empresa o un propietario de un negocio inmigrante”.

Un barrio antes segregado, se vuelve internacional

Echando un vistazo a la fundación de Central Avenue en 1899, la visión era muy diferente del vecindario internacional y de clase trabajadora de hoy. Los desarrolladores de entonces concibieron Central Avenue como un vecindario rico y solo para blancos, dijo Hanchett.

“Luego sucedió Myers Park”, dijo el historiador, “y ese suburbio ganó la carrera de lujo, y Central Avenue terminó siendo una mezcla”.

El vecindario de Central Avenue permaneció casi completamente blanco hasta la década de 1960. La Ley Federal de Vivienda Justa de 1968 ayudó a abrir el vecindario y otras áreas históricamente segregadas a las comunidades de color.

Fue en la década de 1990 que una combinación de oportunidades laborales y viviendas asequibles facilitó la transformación de Central Avenue que los habitantes de Charlotte conocen hoy.

“Charlotte nunca había tenido mucha inmigración. Hace cien años, cuando el noreste recibió grandes oleadas de inmigrantes, nosotros no. Esta área era demasiado pobre”, dijo Hanchett. “Pero en los años 90, el centro de la inmigración latina en Estados Unidos era básicamente el corredor I-85, desde Raleigh, Durham, Greensboro, Winston-Salem hasta Charlotte y Atlanta”.

El historiador Tom Hanchett en su oficina en Central Avenue - Foto: Kayla Young, WFAE/La Noticia

La primera ola de inmigrantes notable de Charlotte también coincidió, por casualidad, con el declive de uno de los pilares de la comunidad del este de Charlotte.

“La mayoría de las ciudades estadounidenses tienen centros comerciales muertos”, dijo Hanchett. “El nuestro era Eastland Mall, que murió en la década de 2000 y los inversores básicamente se alejaron”.

A medida que los negocios alrededor de Eastland cerraban, los empresarios inmigrantes encontraron una oportunidad en los espacios vacantes y asequibles que dejaron atrás.

Un lugar acogedor para los inmigrantes

Eso ocurrió casi al mismo tiempo que Alba Sánchez aceptó su primer trabajo en Charlotte, en lo que entonces era una de las únicas tiendas de productos latinos de la ciudad, SAV/WAY Foods. El supermercado de la Central Ave. y su vecindario fueron una plataforma de aterrizaje para Sánchez, quien es originaria de Costa Rica.

“Es una comunidad muy diversa”, dijo Sánchez. “Así ha sido durante los últimos 20 años que he estado viviendo o trabajando en esta área. No ha cambiado”.

Alba Sánchez da un tour de su oficina en el Centro de Bienvenida al Inmigrante en la Coalición Latinoamericana. - Foto: Kayla Young, WFAE/La Noticia

Sánchez todavía trabaja en Central Avenue, pero estos días ayuda a dar la bienvenida a otros inmigrantes a la ciudad.

El año pasado, su departamento en la Coalición Latinoamericana recibió alrededor de 4,400 recién llegados de todo el mundo. Como directora del Centro de Bienvenida al Inmigrante, Sánchez facilita muchos de los mismos servicios que antes la ayudaron a ella a establecerse en el este de Charlotte.

“Mi vida, sinceramente, cambió por completo porque existía una institución como esta. Facilitaron mis primeros entrenamientos, mis primeras clases de inglés, mi solicitud de residencia legal”, dijo.

Ahora quiere ver más oportunidades para que la comunidad se reúna y comparta actividades saludables.

“Nuestro director y nuestra junta directiva tienen grandes sueños sobre cómo expandirse y cómo servir, no solo a la comunidad latina, sino a la comunidad en general, con un centro de artes, con música, tal vez con una cafetería”, dijo.

Sanar heridas en la comunidad

Carolyn Millen, organizadora de CharlotteEAST, es otra persona que quiere ver crecer los espacios comunitarios.

Como muchos habitantes de Charlotte, todavía siente el vacío que dejó la pérdida del Eastland Mall.

“Cuando el Eastland cerró, fue como si de repente quitaran algo y crearan un enorme agujero negro”, aseguró Millen. “No sé otra forma de explicarlo, porque ese era un destino activo y siempre había gente de la comunidad”.

Graffiti fuera del antiguo sitio de Eastland Mall dice RIP East. - Foto: Kayla Young, WFAE/La Noticia

El sitio ha permanecido vacante durante más de una década. Los esfuerzos liderados por la comunidad para llenar el vacío se han cerrado, como el mercado de pulgas de fin de semana frecuentado por familias latinas y el parque de patinaje construido por la comunidad de skaters.

Después de años de división, Millen ve la necesidad de sanar a la comunidad del este de Charlotte.

“La única forma en que podremos sanar es si todos estamos dispuestos a unirnos, dejar de lado los egos, las agendas, todo eso, y unirnos”, dijo Millen. “Entonces, y solo entonces, podremos crear una movilidad ascendente positiva, un desarrollo económico y un crecimiento que merecemos para las generaciones que vienen”.

Millen dijo que tiene esperanzas para el último plan de desarrollo de Eastland: un sitio de uso mixto con viviendas e instalaciones recreativas llamado Eastland Yards.

“Odio poner tanto énfasis en Eastland Yards, pero como en todas las áreas, tienes que tener algo que sea el catalizador”, dijo Millen. "Es como el viejo dicho: 'Si lo construyes, vendrán'. Eso es lo que Eastland Yards es para nosotros".

Incertidumbre frente los cambios

Sin embargo, un temor para muchas pequeñas empresas es que podrían ser forzadas fuera del vecindario por los precios. Hanchett, el historiador local, dijo que el estrés del aumento de los precios inmobiliarios se siente en todos los vecindarios dentro de un radio de cinco millas del centro de la ciudad.

“Durante mucho tiempo, los corredores como Central Avenue y Albemarle Road sufrieron de muy poca inversión”, dijo Hanchett. “Todavía puedes ver ecos de eso si recorres la calle. Pero también se pueden ver empresas que luchan para pagar el aumento de los alquileres”.

Manolo Betancur es dueño de Manolo's Bakery pero no de la propiedad donde opera. - Foto: Kayla Young, WFAE/La Noticia

De vuelta en Manolo's Bakery, Betancur dijo que ha escuchado muchas promesas sobre inversiones en el vecindario.

“[Dicen que] ‘nos preocupamos por las pequeñas empresas, queremos apoyarte’, pero ¿cómo?” recalca Betancur. “Una forma de apoyar a una pequeña empresa es permitirles ser dueños de sus locales. Pero nadie, nadie quiere venderle a uno la propiedad.”

Betancur dijo que muchos inmigrantes tienen un espíritu nómada por naturaleza. Si suben los precios, explicó que se irán a lugares más económicos. Pero para las empresas, tener que empacar la tienda es una preocupación real.

Dice que quiere ver en el este de Charlotte que los niños tengan más programas extracurriculares, las familias puedan disfrutar del teatro o un partido de fútbol, y las pequeñas empresas puedan echar raíces.

Las personas que viven en el este de Charlotte, dijo, se sienten orgullosas de estar allí, incluso si su futuro es incierto.

Esta historia es parte de una serie llamada "In Focus: Corridors of Opportunities" de WFAE News que examina seis áreas de Charlotte. Estos seis corredores fueron históricamente pasados por alto y ahora la municipalidad está trabajando para revitalizarlos con millones de dólares en nuevas inversiones públicas.

Esta historia fue producida mediante una colaboración entre WFAE y La Noticia. Puedes leerla en inglés en WFAE. This story is available in English on WFAE.

Kayla Young es periodista del programa Report for America. Cubre temas de inmigración y la comunidad latina para WFAE y La Noticia. Estudió periodismo en la Universidad de Texas en Austin.