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Más de 400 detenidos y una creciente incertidumbre marcan los días de angustia para familias latinas en Charlotte, que se resguardan en casa por temor a la deportación (Foto: Diego Barahona- La Noticia)

Empleados que no han regresado a sus puestos, otros que han decidido no volver, escasez de clientes, reducción de producción, pérdidas cerca de los $200,000, cambios en horarios o modalidades de trabajo. Estos han sido algunos de los efectos colaterales de los recientes operativos migratorios de la Patrulla Fronteriza en Charlotte, particularmente en Central Avenue, un sector conocido por su actividad comercial y diversidad migratoria.

Pérdidas de hasta $200,000

Durante la Operación Charlotte’s Web (del 15 al 21 de noviembre) se reportó la presencia de agentes federales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Charlotte en más de 100 oportunidades. Casi una de cada cuatro alertas comunitarias de la organización Comunidad Colectiva fue en vecindarios y comercios de los alrededores de Central Ave. 

Allí se encuentra uno de los dos locales de Víctor Santiago, dueño de Tacos el Nevado, quien contó a La Noticia que, al sentir la preocupación de sus empleados y de sus clientes de ser detenidos durante los operativos, decidió cerrar sus negocios durante la semana completa. Volvió a abrir sus puertas el 23 de noviembre.

Dejamos que descansen nuestros muchachos para no ponerlos en peligro. Esto afectó demasiado, porque somos un negocio de renombre y estar cerrado afecta las ventas y hay que sustentar a nuestros cerca de 80 empleados… Fue una pérdida de más o menos $200,000”, y agregó que recuperarse tomará tiempo.

Dos de cada cinco veces que se reportó la presencia de agentes de la Patrulla Fronteriza, ocurrió en la zona este de Charlotte (Foto: La Noticia /Diego Barahona)

El miedo paraliza la economía local

Víctor Loor, experto en finanzas y con 16 años de experiencia en Latino Community Credit Union, explica que cuando las familias latinas dejan de salir a trabajar por temor a operativos migratorios, se interrumpe un ciclo económico fundamental: sin ingresos no hay consumo, y sin consumo se debilita el comercio local. Esta situación reduce la circulación de dinero en negocios que comúnmente frecuentan estas comunidades, muchos de ellos negocios latinos.

Víctor Santiago cuenta que este temor sigue presente en los alrededores de la Central Ave. y “tiene a nuestra gente distanciada del comercio”. Desde el fin de las redadas de la Patrulla Fronteriza cuenta que su negocio experimentó una disminución del 20 % en ventas, pero cree que otros comercios se han visto mucho más impactados.

Es porque nosotros vendemos algo que se hace rápido y barato, por lo tanto, la gente gasta menos. Además, hemos hecho varias promociones y descuentos porque sabemos que nuestra comunidad está pasando por una situación difícil y mucha gente no trabajó”, añade.

Clientela disminuyó casi en un 80 %

Uno de los negocios que también cerró sus puertas hasta el 24 de noviembre y se vio fuertemente afectado fue la panadería Manolo’s Bakery. Su dueño, Manolo Betancur, precisó que las pérdidas superaron los $65,000 y actualmente su clientela disminuyó casi en un 80 %.

Me está llegando mucho anglosajón que nos están apoyando, pero no es el mismo volumen a como llegaban los hispanos y también hubo una alta cantidad de eventos que me cancelaron. Esto hablando de pasteles de fiestas, de Navidad, de quinceañeras, bodas, todo eso se canceló”, dijo.

“Tenemos miedo de andar en la calle”

Para Manolo, el daño de las redadas no se mide solo en las pérdidas económicas para los negocios. Hay otro golpe financiero a los hogares que es difícil de estimar. El de los empleados que, aterrados, abandonan sus trabajos, dejando atrás no solo sus fuentes de ingreso, sino también la estabilidad de sus hogares.

Los empleados, así todos tengamos documentos, tenemos miedo de andar en la calle. Me decían (los empleados) que llegaban a tocarles las puertas, que estaban en las casas, que estaban disfrazados de jardinero o como si estuvieran haciendo mantenimiento… Tengo dos empleados que tienen documentos, pero no van a regresar a trabajar porque la panadería está en el centro de la avenida y ellos siguen haciendo operativos alrededor de Charlotte”, indicó Manolo.

Desde el 24 de noviembre, Comunidad Colectiva reportó tres avistamientos en Central Avenue, pero no de agentes de la Patrulla Fronteriza, sino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Esto ha obligado a Manolo a tomar medidas como cambiar su horario de trabajo y reducir la producción.

Antes abríamos a las 6:00 a.m., ahora abrimos a las 8:00 a.m. y cerramos a las 7:00 p.m.. Yo cerraba a las 9:00 p.m., son cuatro horas menos y también tenemos menos producción, entonces la gente está trabajando menos”, explicó.

Empresarios usan letreros para defender sus negocios

Según el informe de 2023 de Metro Latino GDP (siglas en inglés de Producto Interno Bruto) de Bank of America, las empresas en el área metropolitana de Charlotte y Concord generaron una producción económica anual estimada en $12.9 mil millones. Explica que para esa fecha, aunque los latinos representaban alrededor del 10 % de la población del área de Charlotte, contribuían a más del 17 % del crecimiento de la fuerza laboral. 

Según Greg Asciutto, director ejecutivo de CharlotteEAST, una organización de desarrollo económico en Eastland, un área que se encuentra en el centro del este de la ciudad, en esta zona hay 400 negocios independientes y el 70 % de ellos pertenece a inmigrantes de primera y segunda generación.

En Eastland, el 70% de los 400 negocios independientes son propiedad de inmigrantes de primera y segunda generación (Foto: Yuliana Montiel / La Noticia)..

Sin embargo, muchos temen que en la medida en que continúe el temor a las redadas y la retórica antiinmigrante, ese crecimiento podría verse afectado. Por lo que el desafío para los dueños de negocios es garantizar un ambiente seguro para los clientes y trabajadores.

Varios negocios, incluyendo Manolo’s Bakery han colocado letreros de “Propiedad Privada”. Es una forma de defender la independencia de sus negocios y de proteger a sus empleados.

¿Cómo un dueño de negocio puede proteger a sus trabajadores?

ICE necesita una orden judicial firmada por un juez para entrar en ciertas áreas de la empresa, en especial aquellas que son privadas. Por ejemplo, si ICE llega a un restaurante, ellos se pueden sentar en las mesas, pueden comer y estar sentados allí; tienen ese derecho, pero no pueden entrar a un área privada como la cocina. Allí el público no puede entrar por razones sanitarias y tampoco ICE. Pero para que esté claro, esta zona debe tener el letrero que diga que es privada y que solamente los empleados pueden estar allí”, explicó la abogada de inmigración, Jamilah Espinosa.

Tarde que temprano esto va a terminar y tenemos que seguir adelante. Yo siento que el país también está sintiendo lo importante que somos nosotros para la economía. Me han dicho que están ofreciendo hasta $500 por día para salir a trabajar en construcción, porque nadie quiere ir”, añadió Manolo como mensaje a la comunidad.

"Los empleados, así todos tengamos documentos, tenemos miedo de andar en la calle“Los empleados, así todos tengamos documentos, tenemos miedo de andar en la calle", dijo Manolo a La Noticia (Foto: Yuliana Montiel).

La presión también la sienten los trabajadores

El rubro de las ventas de comida no ha sido el único golpeado con los efectos de las redadas migratorias, Jonathan Chávez, dueño de la barbería Central Hair Salon, también sufre la reducción de clientes.

Esto me afectaba en todo, porque la gente no está abriendo y la gente anda asustada, los clientes nos llaman para preguntar si esa gente (agentes migratorios) ha venido por aquí y todo eso. Gracias a Dios no han llegado, pero han estado cerca y se ha complicado porque la gente tiene miedo… Tengo trabajadores conmigo y a ellos les bajó su clientela, también sienten la presión porque no hicieron dinero y tienen sus compromisos”, detalló.

Añadió que uno de sus empleados le confesó no sentirse preparado y que no ha ido a trabajar, lo que ha dejado a su hogar sin ese ingreso durante al menos dos semanas. Explicó que esto es complicado para quienes trabajan como barberos, ya que sus ingresos depende de la cantidad de clientes que atiende y si, alguno falta, se siente el impacto de inmediato.

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“Hubo horas que cerramos porque no llegaba nadie”

Jonathan solo cerró su negocio del lunes 17 al miércoles 19 de noviembre. El jueves, cuando se reportaron menos operativos, pensó que la situación estaba más calmada y abrió, “pero hubo horas que cerramos porque no llegaba nadie. Vino como un 20 % del flujo de gente que llega, o sea, casi no fue nadie”, dijo.

Su barbería lleva seis años en la Central Ave, ubicado en la zona este de Charlotte, un negocio que antes recibía entre 70 y 80 clientes al día. Sin embargo, desde el inicio de las redadas, esa cifra ha caído drásticamente, con solo 20 o 25 clientes llegando a diario.

Aunque reconoce que los primeros días de diciembre siempre son lentos para el sector, la incertidumbre de este año le preocupa. Con la Navidad y celebraciones de fin de año espera que el número de clientes aumente y para evitar aglomeraciones, que puedan llamar la atención, atenderá con citas de 30 minutos.

No se pueden desesperar. Esto es una cosa momentánea y esperemos que esa gente que está haciendo ese tipo de persecuciones cambie o se aleje definitivamente”, dijo Chávez.

Este artículo es parte de 'terreno inestable', un proyecto de reportajes colaborativos que navega sobre el impacto de los cambios en políticas y financiamientos en Charlotte.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.