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La pareja latina murió con seis horas de diferencia. (Foto: captura)

Una pareja de Arizona perdió la vida un mes y medio después de contraer COVID-19. El padre de familia se negó a vacunarse por temor a que le implantaran un chip en la cabeza.

Víctor Esparza, de 48 años, y su esposa Verónica Almanza, de 47, murieron el pasado sábado 6 de noviembre con seis horas de diferencia.

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La pareja fue internada el pasado 22 de septiembre y hace una semana, su hija, Vanessa Esparza, de 25 años, recibió una llamada del hospital que anunciaba la tragedia familiar.

“Llegando al hospital, como a los 5 minutos, el corazón de mi mamá comenzó a latir menos y, ahí, delante de mí falleció”, recordó Vanessa.

Vanessa regresó a casa con el corazón hecho pedazos; sin embargo, aún no pasaba su trago más amargo, pues horas después le llamaron para informarle que ahora su padre estaba delicado.

“Ya estaba la enfermera ahí afuera y me dice: ‘ya no lo alcanzaste’. Habían pasado tres minutos (de haber) fallecido” contó con tristeza en el rostro.

Esparza se aferró a la mano de su esposa Verónica en sus últimos momentos de vida. Verónica confesó que ninguno de los dos estaba vacunado y que la desinformación fue una de las principales causas.

"El hubiera ya no existe, pero yo pienso que se pudo haber evitado", reconoció Vanessa.

“Mi papá, por ejemplo, miraba en las redes sociales... que eso del chip; que te ponen la inyección y el chip te queda en el brazo o ‘quien sabe que me vaya a pasar después”, agregó la joven, quien tampoco se había vacunado, pero lo hizo junto con su hermano menor luego de que sus padres fueron hospitalizados.

Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM. amendoza@lanoticia.com