Un enfermero fue atacado por sus vecinos, quienes enfurecidos de enterarse que tenía COVID-19 lo golpearon hasta el cansancio. Meses después murió de un paro cardiaco.
Daniel Porro, quien vivía en la comunidad de Neuquén Argentina y que estuvo luchando contra la pandemia, en junio de 2020 fue agredido por sus vecinos, quienes además incendiaron su casa y robaron su auto por haberse contagiado.
El hombre recibió amenazas desde que la gente que vive a su alrededor descubrió el contagio; pese a esto Daniel estuvo encerrado en su casa, aunque después fue hospitalizado. Pese a que dio negativo tras 14 días internado, los vecinos lo agredieron.
"Me golpearon por todos lados entre varias personas y todavía no me recupero. Perdí el conocimiento y quedé en el hospital. Me llevaron el auto, directamente me lo robaron y una vez que estaba en el hospital me prendieron fuego adentro de mi casa”, comentó en ese entonces el enfermero a CNN.
Pese a superar la enfermedad, los vecinos lo siguieron agrediendo de diferentes formas y buscaron correrlo del vecindario, aunque el joven nunca se fue.
El enfermero continuó su labor incansable con secuelas de los golpes, además de estar muy cansado física y mentalmente, hasta que finalmente Daniel murió en la casa de su madre mientras dormía.
“Nunca se pudo recuperar de aquel rechazo social. En realidad, desde aquel día, no pudo volver a dormir bien. Trabajaba durante el día y, a la noche, se acostaba pero no podía conciliar el sueño. Sufrió mucho e iba a laborar casi sin dormir”, dijo Miguel Porro, padre del enfermero.