La ejecución federal de Wesley Ira Purkey fue la segunda que se autoriza en 7 días en Estados Unidos. Esta misma semana Daniel Lewis Lee se convirtió en el primer ejecutado luego de 17 años, aun cuando la medida se aplazó en intentos por salvarlo.
Wesley Ira Purkey recibió una inyección letal en el Complejo Penitenciario Federal en Terre Haute, Indiana. Tenía 68 años y sus últimas palabras fueron: Esta muerte higiénica no sirve a propósito alguno. Gracias
.
Antes de eso, el condenado dijo: lamento profundamente el dolor y el sufrimiento que causé a la familia de Jennifer. Lo lamento profundamente
. También dijo que lamentaba el sufrimiento que sus acciones habían provocado a su hija.
Una decisión cerrada
La ejecución de Purkey se dio con incertidumbre, toda vez que sus abogados alegaban que era demente y, por lo tanto, no estaba en condiciones de sufrir la pena máxima. Sin embargo, la Corte Suprema de Estados Unidos dio luz verde para la ejecución por cinco votos contra cuatro, con la oposición de los cuatro miembros progresistas del tribunal.
La juez Sonia Sotomayor escribió que proceder ahora con la ejecución de Purkey, pese a las graves dudas y hallazgos probados sobre su competencia mental, arroja una sombra constitucional sobre la más irrevocable de las penas
. Su mensaje fue respaldado por los otros jueces progresistas de la corte: Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer y Elena Kagan.
Las dudas no fueron suficientes para evitar la segunda ejecución federal que se autoriza en menos de una misma semana.
El delito de Purkey
Wesley Ira Purkey fue condenado por secuestrar y matar a Jennifer Long, de 16 años, y de desmembrar, quemar y arrojar su cuerpo a un pozo séptico. Una corte estatal en Kansas también lo condenó por matar con un martillo a Mary Ruth Bales, una mujer de 80 años que tenía polio.
Las revelaciones de la salud mental de Purkey obligó a repetir su juicio en el 2003. Allí, se determinó su condena a muerte por el asesinato de Long.
Información de AP