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Los hijos son la fuente de mayor felicidad. Ellos sacan la sonrisa más profunda que pueda existir en los padres, son fuente de orgullo y satisfacción al demostrar los progresos que realizan, son espontáneos, cariñosos, dan cuantiosa alegría y son la razón de vivir para muchos.

Los niños cambian a las personas y ayudan a tener una visión más amplia de la vida. Pero en el proceso de criarlos, los niños también pueden causar frustraciones y disgustos para sus padres.

Equilibrando las expectativas

Aquellos que tienen hijos saben a lo que me refiero: niños haciendo berrinches, resistiéndose a ir a la cama cuando llega la hora, o negándose  recoger los juguetes diseminados en la casa, entre otros.

Disciplinar a los niños, sin ningún abuso, es muy importante a la vez que desafiante. Tal vez sea de ayuda considerar que en el aspecto dificultoso de criar a los niños, uno no está solo. Todos los padres se encuentran con desafíos criando a sus hijos, como así también disfrutando de las satisfacciones que ellos nos brindan.

Otro punto muy importante a tener en cuenta es que la paternidad/maternidad es tan maravillosa y encantadora como también desafiante, frustrante y dolorosa, como cuando deseamos que nuestros hijos no sufran, aunque sabemos que van a experimentar dolor en algún punto de la vida.

Tener en claro esta realidad dual de felicidad y desafíos en la crianza de los niños es clave pues nos prepara para asimilar que no todos los momentos con nuestros hijos van a ser gloriosos y dichosos y nos enseña a lidiar en momentos desafiantes con ecuanimidad, es decir con equilibrio.

Ser realista pero ofrecer amor

Tener una expectativa alta de pretender que todos los días nos van a dar alegría y felicidad, que van a hacer la tarea escolar sin que se les pida, que van a ordenar su cuarto, comer verduras o comportarse bien diariamente, no es realista como tampoco es realista esperar que todo sea  dicha en ninguna circunstancia humana.

Así como es fácil comprender que en el trabajo hay días que queramos olvidar por lo complicado que hayan sido, y sin embargo lo aceptamos con naturalidad como una realidad esperable, así también tener tolerancia en la crianza de los hijos y aceptar con equilibrio los momentos de frustraciones y desafíos es mucho más lógico y saludable para el bienestar de toda la familia.

Entonces concientizar que vamos a tener momentos frustrantes así como también momentos de mucha dicha y felicidad  con los hijos nos predispone a recibir los conflictos con más aceptación.

Saber que la crianza de los niños hay ambos, momentos muy satisfactorios y otros muy frustrantes puede prepararnos a encarar las dificultades con más paciencia, amor y tolerancia, confiando que esos momentos también son parte de la realidad de tener hijos y que ellos tienen el derecho a equivocarse, a aprender, a cometer errores, aprender de ellos, y a ser educados con amor y respeto.

Psicoterapeuta bilingüe y Consultora Multicultural, MS, LPC, CRC, YT, IWLC. Asesora Certificada de Rehabilitación, Maestra e Instructora de Reiki, Instructora Certificada de Yoga, Coach de Vida. Fundadora...