Entre el 31 de mayo y el 8 de junio se llevaron a cabo las Finales de la NBA, un evento que siempre despierta un gran interés entre los aficionados al baloncesto de todo el mundo. Éste consiste en una serie de playoffs (cuatro rondas en la que compiten dieciséis equipos) que culminan la temporada de este año. En la final se encontraron por cuarta vez consecutiva los Cleveland Cavaliers y los Golden State Warriors, que ganaron cuatro a cero.
Uno de los temas más comentados de la final fue una extendida teoría sobre las victorias de los Cleveland Cavaliers, según la cual ellos habían llegado hasta ese punto de la competición gracias a su jugador estrella, LeBron James. Esta opinión, compartida por varios medios y un gran número de aficionados, surgió debido al increíble nivel de Lebron, que en varias ocasiones ha opacado a sus compañeros. No obstante, Steve Kerr, entrenador de los Warriors, salió en defensa del resto de los Cavaliers, afirmando que un equipo no llega a las finales por un solo jugador.
Para reforzar su idea, Kerr mencionó las virtudes de algunos de los integrantes del equipo de Tyronn Lue. Afirmó que Kevin Love es un All-Star y que Kyle Korver era un gran lanzador de tres puntos. También comentó que esta situación le era familiar, pues en la época en la que fue compañero de Michael Jordan ocurría un fenómeno parecido. Aun así, remarcó que la presencia de jugadores de tanta talla es interesante, pues crea una motivación especial entre los miembros del equipo.
Durante las Finales, no solo destacaron jugadores de los dos equipos mencionados. Kyle Anderson, del San Antonio Spurs, fue uno de los defensas que hicieron un mejor trabajo durante la jornada, a pesar de que su equipo fue eliminado rápidamente. Su compañero, el popular argentino Manu Ginóbili, también realizó un excelente trabajo como escolta. Su labor ha tenido una repercusión especial en América Latina, donde se le considera el mejor jugador de baloncesto del territorio.
En definitiva, las Finales de la NBA han brindado diversión y magníficas jugadas por igual. Estas jornadas, además de demostrar quién es el mejor equipo de la NBA, también ayudan a visualizar cómo los jugadores de los distintos equipos han mejorado durante el año. De este modo, aunque no ganen, pueden despertar el interés de nuevos equipos.