A pesar de que el agua es el componente más abundante en el cuerpo humano, éste no tiene la capacidad de producirla en cantidades suficientes para satisfacer sus necesidades. Es común escuchar que, en promedio, se debe consumir de 6 a 8 vasos de agua diariamente, sin embargo, todos los organismos son diferentes. Por esta razón, todas las personas necesitan cantidades de agua distintas para mantenerse correctamente hidratadas. Su consumo adecuado es vital para que se mantenga el equilibrio en el organismo y, por tanto, se goce de una buena salud. Entre algunos de los beneficios de mantenerse correctamente hidratado se encuentran:
• El mantenimiento de la elasticidad de la piel, lo que se traduce en una apariencia tonificada.
• La salud cardiovascular, permitiendo al corazón bombear mayor cantidad de sangre con menos esfuerzo para llevar el oxígeno necesario a las células.
• El mejor funcionamiento de los músculos y las articulaciones.
• La expulsión de las toxinas del cuerpo, previniendo las infecciones del tracto urinario y cálculos en los riñones. El agua en el organismo filtra los desechos de la sangre y los elimina por la orina.
• La lubricación de la garganta y labios, evitando el mal aliento.
• La regulación de la temperatura corporal.
• El correcto funcionamiento del sistema digestivo, evitando el estreñimiento.
• El funcionamiento óptimo del organismo en general, manteniendo altos niveles de energía y vitalidad.
El cuerpo humano pierde diariamente agua por medio de la orina, el sudor y hasta la respiración. Es importante no esperar a sentir sed para tomar agua, ya que la sed es un mecanismo esencial de regulación del contenido de agua en el cuerpo y uno de los primeros síntomas de deshidratación. Es importante estar alerta y reconocer en el organismo otros síntomas de deshidratación como:
• Dolor de cabeza.
• Confusión.
• Mareos o desvanecimientos.
• Llorar sin lágrimas.
• Orinar poco o nada
• Orinar de un color más oscuro de lo usual
• Sequedad en la boca
• Fatiga
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