En el años 2010, la vida de Salvador Cabañas sufrió un cambio total, pues un atentado estuvo a punto de costarle la vida.
El 25 de enero asistió a un bar en la Ciudad de México, donde tuvo la mala fortuna de alternar con un narcotraficante, el cual le disparó en la cabeza.
Aunque pudo salir del peligro, incluso pudo volver a jugar, quedó dañado físicamente, así como su parte cognitiva, por lo que su vida nunca pudo volver a la normalidad.
Tras el atentado tuvo una serie de homenajes y apoyos en México, pero finalmente decidió regresar a Paraguay.
Desafortunadamente en 2011 el América le rescindió el contrato y sufrió una estafa de cerca de 5 millones de dólares de parte sus abogados, representante y su ex esposa antes le había quitado la mitad de su dinero.
Cabañas tuvo que dedicarse a la panadería junto a sus padres. De la cual se ha hecho cargo tras la pandemia del COVID-19, para evitar que ellos trabajen.
Afortunadamente, también pudo mantener el suficiente dinero para invertir en complejos deportivos, lo cual le da lo suficiente para sobrevivir. Recientemente Salvador Cabañas reveló a Alargue Caracol que tiene problemas en el ojo izquierdo, del cual está perdiendo la vista.
"Tengo ya problemas de la vista y no voy a recuperarme nunca de eso. Ya no veo bien del lado izquierdo y eso me da problemas cuando llego a jugar, pero ahí sigo de pie".
Tras el atentado intentó recobrar su carrera participando con Club Libertad, el 12 de Octubre, el equipo General Caballero y el Tanabi Esporte Clube de Brasil. Sin embargo no podía mantener el nivel del resto de los jugadores y tuvo que dejarlo completamente.
Al momento sigue con la panadería de sus padres e imparte pláticas motivacionales.