Los últimos 12 meses han traído grandes desafíos para la comunidad inmigrante. Hoy es más difícil lograr un beneficio migratorio; hay un aumento en los arrestos indiscriminados y una constante campaña para infundir miedo entre los inmigrantes. Pese a esto, el 2025 también sacó a la luz historias de solidaridad y resiliencia. Anticipamos que el nuevo año traerá mayores desafíos, pero también oportunidades.
Desafíos para los inmigrantes en 2026
Desde que Donald Trump asumió la presidencia, más de 1.5 millones de inmigrantes han perdido o perderán su estatus legal temporal, incluyendo permisos de trabajo y protecciones contra la deportación. Es la pérdida más rápida de estatus legal para inmigrantes en la historia reciente del país, tras la eliminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para más de un millón de personas y el fin del “parole” humanitario para cerca de medio millón más.
La administración Trump se ha fijado como objetivo retirar la ciudadanía a más de 1,000 estadounidenses naturalizados durante el año fiscal 2026. Según directrices recientemente reveladas, el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) deberá aportar entre 100 y 200 casos de desnaturalización al mes. Lamentablemente, es posible que en 2026 el gobierno siga buscando maneras de combatir la inmigración legal.
Más arrestos migratorios y deportaciones
El 2025 fue el año con más deportaciones en dos décadas, con 436,551 personas sometidas a procedimientos de remoción hasta noviembre, un aumento del 227 % respecto a años anteriores, según Mobile Pathways. Pese a la retórica de la Casa Blanca de que se enfocarían en “lo peor de lo peor”, el 98 % de las deportaciones son de personas sin antecedentes criminales. El próximo año las cosas pueden ponerse peores.
La ley presupuestaria “Big Beautiful Bill” financia una expansión drástica del sistema de detención migratoria en 2026, sistema que ya enfrenta serias denuncias por condiciones inhumanas y muertes bajo custodia. La legislación asigna $45,000 millones al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para la detención de adultos y familias inmigrantes, con fondos disponibles hasta el 30 de septiembre de 2029. Esta cifra más que cuadruplica el presupuesto anual de detención de ICE, al añadir aproximadamente $11,250 millones por año.
Estos recursos beneficiarán en gran medida a empresas privadas de prisiones, cuyos ejecutivos han manifestado abiertamente su entusiasmo por la agenda de deportaciones masivas impulsada por la administración Trump. Además del financiamiento para detenciones, la ley destina unos $32,000 millones adicionales para agentes migratorios y operaciones de control y deportación, también disponibles hasta septiembre de 2029.
Vientos de cambio y resistencia
El 2025 ha sido un año difícil para los inmigrantes, pero no todo está perdido. El país pudo atestiguar las consecuencias humanas y económicas de estas agresivas políticas migratorias. Esto ha generado rechazo generalizado. La popularidad del presidente Trump bajó en los últimos meses. Un sondeo de AP-NORC sitúa su aprobación general en 42 %, mientras que Gallup la ubica cerca del 36 %, el nivel más bajo de su segundo mandato. El descontento es aún mayor en temas clave como la economía, la inmigración y la salud.
Millones de personas a nivel nacional se han manifestado en contra de las políticas antiinmigrantes impulsadas por la Casa Blanca. Y más allá de las muestras de solidaridad, se percibe un creciente clamor por cambiar las cosas. El 2026 traerá una oportunidad con las elecciones intermedias, en las cuales se elegirá la composición del Congreso. Los votantes decidirán si quieren seguir con esta agenda agresiva o si exigen un alto.
A los inmigrantes no les queda más remedio que resistir. Estar al tanto de sus derechos, hacer planes en caso de emergencia, estar atentos a sus alrededores y no dejarse llevar por el miedo, serán las herramientas que les permitirán sobrellevar un 2026 lleno de desafíos y oportunidades.
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