La temporada de fiestas suele traer reencuentros familiares y vuelos internos. Sin embargo, en este año, el control migratorio es más estricto en los aeropuertos. Las políticas actuales elevan el nivel de escrutinio y reducen el margen para cometer errores. Activistas y un abogado explican las implicaciones para un inmigrante de tomar un avión.
¿Puede un indocumentado tomar vuelos internos?
Si bien, técnicamente, viajar dentro del país no está prohibido para personas sin estatus legal, hoy el control migratorio es más exigente que en años anteriores. Aeropuertos y terminales registran mayor presencia de controles. Cualquier verificación de identidad puede escalar con rapidez.
“Hoy existe menor tolerancia al error”, señaló el abogado de inmigración Héctor Quiroga, de Quiroga Law Office, PLLC.
Adicionalmente, la entrada en vigencia en mayo de la REAL ID, un documento con más mecanismos de seguridad, redujo las opciones de identificación aceptables en vuelos internos. Algunas licencias estatales, como la de Carolina del Norte, ya no permiten abordar aviones si no tienen las características de REAL ID.
“El Departamento de Seguridad Nacional (DHS), encargado de hacer cumplir las leyes federales de inmigración, cuenta con agentes en los aeropuertos nacionales”, advierte la organización nacional Immigrants Rising.
“Si bien se han incrementado los informes de detenciones en aeropuertos, es difícil determinar el nivel de riesgo al tomar un vuelo nacional. Las circunstancias de cada persona son diferentes, por lo que le recomendamos que consulte con un abogado para obtener asesoramiento específico para su caso”, agregaron los activistas.
¿Puede un inmigrante con un caso pendiente tomar vuelos internos?
Para personas con procesos pendientes, portar evidencia del trámite activo cobra mayor importancia si van a tomar vuelos internos. Recibos del USCIS, notificaciones oficiales o permisos vigentes ayudan a contextualizar la situación del viajero.
Estos documentos no otorgan estatus migratorio. Sin embargo, pueden reducir la confusión durante los controles, especialmente en temporadas de alto flujo como diciembre.
Si viaja, no descuide su caso pendiente
Desde inicios de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS) reforzaron los controles sobre personas con procesos migratorios abiertos.
Muchos viajes de diciembre responden a razones familiares y emocionales. Esa urgencia puede llevar a subestimar el impacto legal de ausentarse por pocos días. Las audiencias, las solicitudes de evidencia y las notificaciones migratorias continúan durante las fiestas, sin pausas automáticas.
“El sistema migratorio no entra en receso por las celebraciones y los plazos siguen corriendo”, explicó el abogado Quiroga.
La ley permite la movilidad interna, pero impone responsabilidades claras a quienes tienen casos pendientes. Aunque el viaje sea corto, la persona debe recibir y responder cualquier comunicación oficial.
No atender notificaciones a tiempo puede generar decisiones adversas, incluso órdenes emitidas en ausencia. En el contexto actual, errores menores pueden tener consecuencias difíciles de revertir.
Salir del país hoy implica riesgos mayores
Abandonar Estados Unidos, incluso por pocos días, representa uno de los escenarios más riesgosos en esta época. Las autoridades aplican con mayor rigor las reglas de permisos de viaje.
Personas con DACA, TPS o solicitudes de ajuste no deben salir sin Advance Parole. Viajar sin esa autorización puede provocar el cierre automático del caso, señala Quiroga.
Incluso los residentes permanentes enfrentan un análisis más estricto al reingresar. Las autoridades evalúan la continuidad del vínculo, la frecuencia de viajes y la coherencia del historial migratorio.
“No se trata de no viajar, sino de entender que el margen de error es mucho menor”, afirmó el abogado Héctor Quiroga. Cada viaje debe evaluarse según el estatus migratorio, los procesos pendientes y la documentación disponible.
En 2025, viajar dejó de ser solo una decisión logística. Hoy representa una decisión legal, con consecuencias administrativas reales. La información precisa y la preparación previa son claves para proteger cualquier proceso migratorio en curso.
