Una familia latina de Charlotte enfrenta una doble batalla. Mientras Dina Noemí Alvarenga se somete a diálisis tres veces por semana para mantenerse con vida, su hija, de 14 años, atraviesa una dolorosa recuperación tras sufrir quemaduras graves en más del 70 % de su cuerpo. Ahora, Dina hace un desesperado llamado a la comunidad para obtener ayuda con los pagos de las facturas médicas.
Incendio cambia la vida de su hija
Dina es originaria de El Salvador, pero emigró a Charlotte hace 12 años, donde trabajaba en limpieza de edificios junto a su esposo y sus tres hijos. Contó que desde abril, comenzó a notar que sus pies se hinchaban de manera inexplicable.
“Se me inflamaban y se me desinflamaban cuando usaba remedio. Esto me sirvió por un tiempo para calmarlo y cómo me sentía bien, no hice nada”, recuerda.
Sin embargo, esto cambió en medio de otra tragedia familiar. El 10 de julio, un feroz incendió sorprendió a los vecinos de los apartamentos de Winter Oaks Lane a las 5:30 a.m. Seis personas fueron trasladadas con heridas que amenazaban su vida, una de ellas era Ignacia, la hija de Dina, de 14 años.
“Se quemó entre el 70 % y 80 % del cuerpo. Ahorita ella está en recuperación, pero ya sus quemaduras están sanando y necesita terapias. Le están haciendo cirugías y no nos dicen cuando la van a dar de alta”, explicó Dina a La Noticia.

Madre lucha por su salud y la recuperación de su hija
Así comenzó el calvario de esta madre latina. Mientras iba constantemente al hospital a visitar a su hija, quien para ese entonces estaba en cuidados intensivos, comenzó a notar un deterioro en su estado de salud.
“Se me empezaron a inflamar mis pies, luego mi estómago y la cara. Allí me mandaron con un especialista de riñones y me empezaron a dar los primeros tratamientos, como queriendo evitar que yo llegara a la diálisis, pero no funcionó, yo ya no aguantaba y mi cuerpo ya no resistía”, contó.
En octubre, de un momento a otro, los riñones de Dina dejaron de funcionar: ya no eliminaban el exceso de agua de su organismo. Fue entonces cuando los médicos decidieron ingresarla en urgencias y comenzarle las diálisis. El tratamiento consistió en conectarla tres veces por semana, por hora, a una máquina.
“Lo que me dijo el doctor es que supuestamente yo hasta llevaba inflamado el cerebro… hay días de que amanezco bien y hay días de que no, que me siento muy débil”, comentó.
La falta de dinero y de opciones es un problema
Debido a su condición, tuvo que dejar de trabajar en la limpieza y limitar su alimentación y estilo de vida. Para sobrevivir, los médicos aseguran que requiere un trasplante de riñón, pero trabas legales y la incapacidad para pagar la operación son barreras.
“Si va a un hospital privado y tiene este programa de trasplantes de órganos y se puede pagar con fondos privados, entonces no tendría ningún problema. El problema se reduce a cómo podrá pagarlo”, explicó el abogado Mercer Cauley a La Noticia.
Dina continúa con sus diálisis los martes, jueves y sábado, mientras que su hija lucha por superar las consecuencias del incendio en un Centro Médico de Winston-Salem, donde fue trasladada para recibir tratamiento por las quemaduras. Ambas atraviesan sus situaciones médicas separadas, debido al miedo a las redadas.

Más de $130,000 en deuda médica
“Por como están las cosas con inmigración, no hemos podido ir a visitarla (a su hija). Yo con ella, por ahora, tengo contacto por teléfono. En mi caso, ahorita es una comadre quien me deja y me recoge de la diálisis para evitar que pase algo con inmigración”, explicó.
La situación financiera de la familia es otra de las grandes preocupaciones. Dina ha recibido una factura hospitalaria de $137,000 por su tratamiento de diálisis y hospitalización. Cree que continuarán llegando más facturas, tanto por ella como por su hija, quien tampoco cuenta con seguro. En su hogar, solo cuenta con el ingreso de su esposo, quien trabaja en limpieza en construcción.
Ante esto, Dina recurre a la buena voluntad de la comunidad para recaudar fondos para pagar las facturas médicas y poder avanzar con la cirugía. Para ayudarla, puede contactarla al 704-835-5116.
“Le pido a Dios que me ayude para que yo pueda encontrar un riñón, una oportunidad para este trasplante. No es fácil ver pasar esta enfermedad, pero hay que echarle ganas. Bueno, yo por lo menos lucho por mis hijos”, expresó.
