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Desde hace casi un año, más de 50 familias latinas del parque de casas móviles Forest Park en Charlotte viven con una cuenta regresiva en mente: en menos de ocho meses, deberán abandonar un hogar que han construido con sacrificios y años de esfuerzo. Enfrentan el desalojo forzado de sus casas móviles debido a una rezonificación y aún luchan por encontrar alternativas.

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Un año de incertidumbre y respuestas sin soluciones

En mayo de 2024, los vecinos de Forest Park recibieron una carta que les informaba que la compañía propietaria del terreno, Nisbet Oil Co., decidió vender la propiedad para dar paso a la construcción de apartamentos a precio de mercado. 

Un año después, en junio de 2025, con cada vez menos tiempo para encontrar una solución, las familias comenzaron su lucha para evitar verse obligadas a trasladarse. La razón: muchas de estas viviendas tienen hasta 60 años en el terreno y no se pueden trasladar o, de hacerlo, perderían habitaciones enteras, además de los altos costos que implica este proceso.

El 16 de junio presentaron este caso en el Centro de Gobierno. Allí, cerca de 100 vecinos expusieron las razones por las cuales no debería aprobarse la rezonificación del área y el cierre del parque de casas móviles. 

Sin embargo, la única respuesta que recibieron, 70 días después, fue una carta del dueño del terreno y los desarrolladores, en la que se les recordó que el parque cerrará sus puertas en mayo de 2026 y que buscarán opciones de espacios vacantes en otros parques para que se trasladen. Una respuesta que no fue bien recibida por los vecinos.

“Ya han pasado casi 100 días desde la audiencia y apenas nos llegó una carta con cosas que ya sabíamos. Estas actualizaciones no nos ayudan a nosotros. Estamos luchando para que nos den la opción de comprar el terreno porque no nos queremos ir. Queremos quedarnos y ellos no están considerando que las casas no se pueden quitar y que aquí está todo el dinero que tienen estas familias, en años que han invertido en sus casas”, dijo Leonel Chávez, quien vive en este vecindario desde hace 14 años.

Hasta $28,000 cuesta trasladar una casa móvil

Leonel también señala otra de las principales dificultades: No hay muchos parques de casas móviles dentro de Charlotte disponibles, y los pocos que quedan están en las afuera de la ciudad y tienen precios más altos.

A esto se suma la inversión que implica poder trasladar una casa móvil. Álex Hernández, uno de los vecinos, quien vive con su esposa y tres hijos, señaló que en 23 años ha invertido entre $30,000 y $40,000 en mejoras de su vivienda. Una casa prefabricada de doble ancho, es decir, que son dos secciones separadas que se unen luego de ubicarlas.

Al ser dos secciones, implican mayores costos de traslado. “He preguntado y mi casa se puede trasladar, pero se tendría que quitar las adiciones que tiene alrededor de la casa y estas no se pueden llevar. El estimado que me dieron es de $28,000 por trasladarla”, explicó.

Agregó que no ha conseguido terrenos en el condado de Mecklenburg donde se puedan trasladar casas móviles, solo en el condado de Cabarrus. Además, explicó que de tener que perder $30,000 invertidos en su vivienda por mejoras que hizo en el estacionamiento y adiciones. Anteriormente, una vecina informó a La Noticia que en su traslado perdería hasta $100,000.

“Es como si desplazaran a los más pobres”

Es un terreno muy codiciado. Cuando nos mudamos no había nada en los alrededores, no existían algunas calles, era puro monte, no había apartamentos cerca, ni tiendas ni supermercados. Teníamos que trasladarnos unas 8 a 10 millas más o menos para comprar comida. Nosotros vimos crecer esta área, pero ahora, como ven en esta zona una oportunidad económica, han creado nuevos vecindarios, casas, apartamentos, centros comerciales, de todo y es como si desplazaran a los más pobres, a quienes vivimos en casas rodantes”, criticó.

Agregó: “Sentimos que tanto con esta rezonificación, como con estos cambios, están tratando de desaparecer a esta comunidad. Yo no me opongo al progreso de la ciudad, las ciudades son así, van creciendo y van creciendo. No le vamos a poner freno al progreso, pero queremos que se nos dé un trato justo por los años vividos y por lo aportado”.

Brenda Armenta, quien lleva ocho años viviendo en el parque, subraya la realidad de aquellos que tienen más dificultades para adaptarse a la nueva situación.

“Algunas de las casas están muy viejitas y no se pueden mover, y son vecinos que no tienen adonde irse y tienen mucha edad, entonces es aún más difícil para ellos empezar de nuevo. Hay un señor que está viviendo aquí desde 1999, entonces es injusto que él haya estado aquí toda su vida y que de repente nada más lleguen, nos den una carta de dos años y que digan que nos tenemos que ir”, lamentó.

Brenda agregó que de verse obligados a trasladar su vivienda deberían realizar una inversión de $18,000 y posiblemente mudarse a un vecindario más costoso. “En otros vecindarios se deben pagar entre 100 y 300 dólares más”, precisó.

Aún esperan soluciones

Actualmente, los vecinos continúan buscando y/o esperando soluciones, como que se considere que ellos puedan comprar el terreno, que sean compensados adecuadamente para poder reubicarse o que se les dé más tiempo.

Queremos negociar, pero principalmente queremos comprar los terrenos porque ya las casas están ubicadas y no tendríamos que hacer ningún cambio. Ya las calles están pavimentadas, los servicios instalados, nunca ha ocurrido un crimen aquí, casi la totalidad somos familias que estamos tranquilas”, cerró Álex.

Periodista de profesión, ávida lectora por vocación. Tiene un máster en Ciencias Criminológicas de la Universidad del Zulia, Venezuela. Le apasiona conocer nuevas realidades y contarlas.