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La sigilosa labor de las enfermeras era casi imperceptible hasta antes de la pandemia.

Una tarea impulsada por la pasión y el amor que quedó expuesta, tan pronto el brote de coronavirus mostró la vulnerabilidad del mundo.

Fue entonces que la enfermería nos demostró que siempre estuvo allí ante cualquier problema.

Y simplemente se había magnificado su importancia cuando la COVID-19 nos puso en jaque.

La profesión de enfermería es una que practica bastante la resiliencia”.

Lorna Espinal, enfermera navegadora bilingüe del Instituto de Cáncer Levine para La Noticia.

“No hay duda que en la situación actual en la que nos encontramos, la profesión de enfermera está presente en la mente de todos”.

“Las adversidades que nosotros pasamos son muy difíciles y la pandemia nos agarró por sorpresa”.

“En mi departamento pudimos trabajar desde casa al principio y todavía estamos trabajando desde casa, a veces venimos a ver a los pacientes”.

“Pero el año pasado fue bien difícil porque no teníamos ese contacto que antes teníamos con los pacientes, si teníamos un paciente nuevo todo era por teléfono; so todo había sido diferente, no es lo mismo ese contacto físico”.

De Nicaragua a Atrium Health

Lorna salió de su natal Nicaragua a los 14 años en busca de un mejor porvenir.

Fue así que llegó a Charlotte, Carolina del Norte, a unos 2,616 kilómetros (1,625 millas) de su natal país.

Tan pronto desempacó, de inmediato puso manos a la obra en busca de alcanzar sus sueños.

“Fui a la secundaria aquí y a la universidad para la carrera de enfermería, pero soy de Nicaragua”, comparte.

“Me especialicé en el área de administración y me gradué aquí en la Queens University of Charlotte”.

Ahora tiene más de 11 años dedicados a la salud, especialmente de la comunidad latina, a la que siempre buscó ayudar al ver las adversidades a las que son expuestas las personas de origen hispano.

Y así, llegó al departamento de oncología del Levine Cancer Institute como enfermera navegadora bilingüe.

“Mi trabajo es navegar a pacientes solo latinos con cáncer para ayudarlos en el sistema”, asegura Espinal. 

“Los oriento, los conecto con recursos disponibles dentro de nuestro instituto y les doy información sobre los efectos secundarios de su tratamiento, ya sea quimioterapia, radiación, pero solo latinos aquí en Charlotte”.

Una tarea compleja al fungir como canal de comunicación entre el hospital y los pacientes.

“Es una labor bien grande, porque sabemos que los latinos tienen distintas barreras”, señala. 

“Ya en la parte socioeconómica, la parte cultural, la parte del idioma”. 

Y cuando son diagnosticados con cáncer pues tenemos que ayudarlos lo más que podemos porque algunos no hablan inglés”.

Lorna Espinal, enfermera navegadora bilingüe del Instituto de Cáncer Levine para La Noticia.

“Tal vez no tienen seguro de salud, tal vez su nivel de educación no es muy alto, entonces es proveerles de información acerca del tratamiento de lo que es el cáncer”.

COVID-19 elevó el grado de dificultad

Pero sumado a todos esos inconvenientes, cuando se registró el brote de COVID-19, las cosas se complicaron aún más para ellos.

Sobre todo al haber tenido que tratarlos a la distancia.

“Cuando a una persona se le diagnostica cáncer no es lo mismo, obviamente llamarle por teléfono a que esté enfrente contigo”, comenta. 

So, pudimos reinventar nuestro departamento y supimos cómo conectarnos con los pacientes, no personalmente por el distanciamiento social”.

Lorna Espinal, enfermera navegadora bilingüe del Instituto de Cáncer Levine para La Noticia.

“Pero lo hacíamos por Zoom, videollamadas, teléfono”. 

“Ayudarlos a navegar en estos tiempos de COVID-19 y aparte que te diagnostiquen cáncer, fue bien difícil”. 

El virtual hospital creado por Atrium Health hizo que Espinal y su equipo tuvieran un control absoluto de los pacientes.

Y solo así pudieron apaciguar una eventual ola de contagios en las instalaciones.

“Los pacientes que salían positivos con COVID-19, y sabemos que los pacientes con cáncer ya tienen un sistema inmunitario débil y están en alto riesgo de contagiarse y el riesgo de mortalidad es más alto”, dice Lorna.

Inventamos este hospital virtual donde cualquier paciente de oncología con coronavirus se le monitoreaba muy de cerca”.

“Me avisaba cuando un paciente mío sabía con COVID y yo debía llamarlo para saber si tenía síntomas, preocupantes, donde requeriría admitirlo al hospital”.

Más allá del coronavirus, el miedo es constante en las enfermeras

Un estudio de WalletHub encontró que Carolina del Norte es el estado número 32 en el ranking de los mejores lugares para las enfermeras.

Posición nada alentadora, pero que refleja las calamidades por las que deben pasar los trabajadores de salud en el estado.

Y aunque no fue el caso de Lorna durante la pandemia —gracias a las estrictas medidas del hospital—el miedo a un posible contagio siempre estuvo latente.

“Claro, como enfermera nosotras siempre estamos expuestas, el COVID-19 obviamente es una pandemia, pero nosotros siempre hemos estado expuestos a otras enfermedades”, recuerda.

Cuando fui enfermera de cama, estaba expuesta a muchas enfermedades, el miedo siempre está, pero sé que es nuestro llamado y obviamente es tomar las precauciones”.

Lorna Espinal, enfermera navegadora bilingüe del Instituto de Cáncer Levine para La Noticia.

“Esto para nosotros era nuevo, lo del coronavirus, nunca habíamos vivido una pandemia”. 

“Pero creo que sí, las enfermeras hemos estado expuestas antes y aprendimos de esta pandemia cómo reinventar y proveer educación a los pacientes para bajar el riesgo de propagar el coronavirus”.

Generar conciencia sobre vacunas, el nuevo reto

Recién a finales de abril bajó el número de personas vacunadas contra la COVID-19 en Carolina del Norte.

Y hasta el momento, más de 3.2 millones de personas están completamente vacunadas

Lo que representa el 42 % de la población adulta en el estado.

Sin embargo, la población latina es la más rezagada por diversos motivos, siendo el principal la falta de información al no dominar el idioma.

“La pandemia sigue, ahora estamos previendo educación sobre la vacuna porque sabemos que hay varios mitos; las personas se están llenando de mitos”, lamenta la enfermera.

“Entonces es proveer educación sobre la vacuna”.

“Hay gente que ha escuchado muchas cosas, los pacientes muchas veces se meten al internet, a hacer Google y es información a veces no cierta”

No quieren ponerse la vacuna porque el vecino les dijo esto”.

“Entonces ahora es educarlos acerca por la razón de por qué vacunarnos, sobre todo como comunidad latina que fue tan perjudicada durante el COVID-19”.

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