El pasado 2 de junio, un hombre murió al caer en un caldero de hierro fundido en la fábrica Caterpillar en Mapleton de Chicago, Illinois.
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Steven Dierkes, de 38 años murió al instante al caer en el contenedor que estaba a más de 2,500 grados centígrados (4,532 Fahrenheit).
Los hechos ocurrieron cerca de las 9 de la mañana de ese día. Posteriormente personal de la oficina del Alguacil de Peoria, llegó a la planta para atender el caso.
Según trabajadores, fue una escena impresionante, pues además, solo una parte de su cuerpo quedó sumergida en el hierro fundido y el resto quedó afuera del contenedor.
El forense informó que el hombre murió de "aniquilación térmica". Las autoridades batallaron para recuperar los restos pues tuvieron que esperar a que el material se enfriara.
Lo que se pudo encontrar del cuerpo fue cremado y enviado a la familia de Dierkes.
A Steven le sobreviven tres hijas y una esposa. Sus amigos y familiares lo describieron como un “oso de peluche trabajador y un hombre con manos callosas y un corazón tierno”.
La empresa lamentó lo sucedido en un comunicado, donde aseguraron estar "profundamente entristecidos por la muerte de un empleado".
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