Una niña de 11 años contrajo gonorrea mientras nadaba en un lago con aguas termales durante sus vacaciones en la isla Pantelaria, Italia.
El poco usual caso se publicó en la revista académica Journal of Medical Case Reports, donde se expone la situación que sufrió una familia austriaca.
La niña se infectó cuando nadaba junto con sus padres y su hermana mayor en un lago volcánico llamado Espejo de Venus.
Dos días después, la pequeña comenzó a sufrir ardor y dolor en los genitales. En un principio, los padres creyeron que se trataba de una micosis (infección por un hongo) y decidieron administrarle un tratamiento antifúngico.
Al regresar a Austria la niña siguió padeciendo el dolor durante dos semanas más. Fue en ese momento que sus padres decidieron llevarla al doctor, quien la diagnosticó con gonorrea.
Tras estudios e investigación, los médicos concluyeron que las aguas termales de Pantelaria sirvieron de caldo de cultivo para que la niña adquiriera la infección.
La publicación menciona que a la niña le afectaron otros aspectos como el emocional, pues tenía vergüenza de que sus compañeros de escuela se enteraran de lo sucedido.
“El estrés de adaptarse a una nueva escuela, junto con la infección, le provocó llanto y fatiga, sobre todo justo antes del tratamiento, ya que tenía mucho miedo de la infusión”, dice el reporte.
Pero después de un eficaz tratamiento de antibióticos, la niña se recuperó por completo.
Siempre que fue cuestionada por los doctores, la niña aseguró que no había tenido relaciones sexuales, ni había sido abusada en el viaje. El resto de su familia también se realizó pruebas, pero todos resultaron negativos.
Tras este caso, los médicos recomendaron que los visitantes de aguas termales se bañen con jabón antibacterial antes y después de nadar en ese tipo de sitios.
“Es necesario que la gente comprenda que las personas que se bañan en piscinas termales poco profundas muy frecuentadas corren el riesgo de exponerse a patógenos a través de la inoculación por parte de otros bañistas”.