En el mundo, la pandemia del COVID-19 ha dejado al menos 135 millones de contagiados en todo el mundo, una cifra alarmante y que a pesar de contar con diversas vacunas, los números no bajan en algunas regiones.
Esta enfermedad ha dejado al menos tres millones de muertos en lo que va de la Pandemia, una cifra que podría aumentar conforme la gente vaya relajando las medidas y el confinamiento social.
¿Cuáles son las secuelas a largo plazo que se presentan tras padecer COVID-19?
¿Pero qué pasa para todos aquellos que padecieron la enfermedad del COVID-19? Esta infección puede provocar un daño duradero.
Lo que los científicos continúan investigando las secuelas que dejan enfermedades a largo plazo, como el coronavirus y otros patógenos que azotan en la actualidad nuestro mundo.
Una vez que una persona padeció COVID-19, hay efectos prolongados y uno de ellos es conocido como “COVID persistente”.
Daño pulmonar, uno de los padecimientos más comunes tras padecer COVID-19
Hay estudios que han descubierto que incluso algunas de las personas que sufrieron COVID-19 leve desarrollaron daño pulmonar. Las autopsias han detectado el coronavirus en tejido cardiaco y hay preocupaciones en torno al daño cardiovascular duradero en los sobrevivientes.
La COVID persistente, la cual hace poco recibió el nombre científico de “secuela de infección post aguda por SARS-CoV-2”, puede estar vinculada con problemas como la fatiga grave y las fallas en la memoria.
A los científicos les preocupa qué daños a largo plazo provoca en el cuerpo una enfermedad como el COVID-19. Por ejemplo, el Lyme puede producir una forma de artritis; la bacteria del Helicobacter pylori puede causar úlceras y cáncer estomacal a la larga.
Hay que entender todas las consecuencias a largo plazo del COVID-19
En el caso del COVID-19, los investigadores tienen muchas teorías distintas sobre el origen de la enfermedad persistente y sus efectos secundarios en las personas.
Una idea es que el coronavirus daña directamente los tejidos cuando mata las células y los órganos afectados nunca se recuperan.
Así también, se ha comprobado que el virus provoca una inflamación que causa un daño indirecto a los órganos. Algunos investigadores sugieren que los pacientes con COVID persistente podrían albergar una reserva del coronavirus.
Han especulado que la vacuna contra la COVID-19 podría incitar una respuesta inmunitaria que elimine esas reservas, esto explicaría por qué algunas personas con COVID persistente aseguran sentirse mejor después de ser vacunadas.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han asignado 1150 millones de dólares a la investigación de las consecuencias prolongadas para la salud de la infección por SARS-CoV-2.