El gobernador Roy Cooper acaba de aprobar un plan que permitiría a los restaurantes y bares la venta de bebidas alcohólicas “mezcladas” como cocteles para llevar y entregar, a fin de limitar el número de personas dentro de esos establecimientos y respetar el toque de queda.
Cooper firmó una Orden Ejecutiva que autoriza a la la Comisión de Control de Bebidas Alcohólicas (ABC) de Carolina del Norte a permitir la entrega o el transporte de bebidas mezcladas (cocteles) como alternativa al consumo en el lugar. Esta orden entra en vigencia el 21 de diciembre a las 5:00 p.m. hasta el 31 de enero.
“Esta orden ayudará a las personas a evitar entornos que puedan contribuir a una mayor propagación viral, al tiempo que brinda a los restaurantes y bares el impulso financiero que necesitan en este momento”, dijo el gobernador Cooper.
Venta de cocteles y bebidas alcohólicas
La última orden ejecutiva de Cooper requiere que los restaurantes y bares detengan las ventas de alcohol para consumo en el lugar a las 9:00 p.m., y ellos y la mayoría de los demás negocios minoristas deben cerrar a las 10:00 p.m. bajo el toque de queda nocturno. La idea es disuadir a las personas de pasar hasta altas horas de la noche en esos establecimientos y posiblemente propagar el virus.
“Con un alto número de casos y hospitalizaciones en todo el país, hagamos todos nuestra parte para frenar la propagación de COVID-19 mientras apoyamos a las pequeñas empresas locales de manera segura”, agregó el gobernador.
En virtud de esta Orden, los establecimientos que cuentan con ciertos permisos de la Comisión ABC, incluidos restaurantes, hoteles, clubes privados, bares privados y algunas destilerías, pueden vender bebidas mixtas para llevar o para entrega.
Las restricciones
La orden modificada para permanecer en casa (toque de queda) permanece en vigor y la venta de alcohol para consumo en el lugar debe cesar a las 9:00 p.m. Las empresas sujetas a la Orden pueden continuar vendiendo bebidas para consumo fuera del sitio hasta; que sus empresas cierren y de acuerdo con otras leyes y regulaciones aplicables.
Los conductores de reparto deben tener al menos 21 años y someterse a una formación antes de que se les permita entregar bebidas alcohólicas para llevar. Ellos serían los responsables de verificar la identidad y la edad de todos los que reciban una bebida; y determinar si alguien está demasiado intoxicado para beber, según la propuesta.
Las bebidas no tendrían que ser parte de un pedido de comida para llevar o de entrega.