Un niño de dos años disparó un arma contra su padre de manera accidental causándole la muerte. El hecho ocurrió en las cercanías de Orlando, Florida, en presencia de los cinco miembros de la familia.
Reggie Mabry, de 26 años, murió luego de que la madre del niño, Marie Ayala, no pudiera reanimarlo tras el fatídico suceso.
Como muchos casos similares los padres dejaron la pistola cargada al alcance del menor y fuera de vigilancia. Ambos estaban en libertad condicional por consumo de drogas y negligencia infantil. Además del menor que disparó el arma la pareja tenía otros dos hijos, incluyendo una menor de 5 meses.
El pequeño consiguió el arma en una bolsa en el suelo, la tomó y se le disparó apuntando a su padre que estaba sentado frente a la computadora jugando un videojuego.
Cuando la policía llegó tras ser alertada mediante llamada al 911, se pensó que el hombre se había suicidado. Fue el hijo mayor el que dijo a los investigadores que su hermano de dos años apretó el gatillo.
La madre del niño fue detenida y enfrenta cargo de homicidio involuntario por negligencia y posesión de un arma de fuego por un delincuente convicto.
En rueda de prensa el sheriff del condado de Orange, John Mina, lamentó la tragedia familiar, pero también destacó que es la consecuencia que se espera de esos descuidos:
"Los propietarios de pistolas que no aseguran bien sus armas están a una fracción de segundo de que ocurra una de estas tragedias. Ahora estos niños han perdido a sus dos padres. Uno está muerto y el otro está en la cárcel. Y un chico tiene que vivir sabiendo que disparó a su padre".
John Mina