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Cuando un inmigrante ingresa a este país paulatinamente incorpora nuevas costumbres. Este proceso llamado asimilación es aún más marcado en la segunda generación de inmigrantes y en las posteriores, lo que a menudo afecta la dinámica de las relaciones familiares.

Los destacados estudiosos de este fenómeno: Brown y Bean () definen asimilación como: la integración o incorporación por parte de los inmigrantes de las características de las sociedades del país inmigrado. La asimilación es un proceso que ocurre en la dimensión económica y sociocultural, comenzando por la primera generación de inmigrantes y continúa a través de la segunda generación y posteriores.

Frecuentemente los hijos de inmigrantes nacidos en Estados Unidos por ejemplo, rehúsan identificarse completamente con las tradiciones de sus padres pues ellos carecen de una unión directa con la tierra de origen de sus padres.

Ante esta diferencia en la percepción y sentimiento de las tradiciones familiares, muchos padres experimentan frustración, miedo y confusión con respecto a la identidad de sus hijos y posteriores descendientes.

Por ejemplo, respecto al idioma hablado, las segundas generaciones en Estados Unidos prefieren hablar en inglés, pues es el idioma al que están más expuestos una vez que empiezan la actividad escolar. Si los padres no manejan el idioma inglés proficientemente, o incluso si lo hablan como segundo idioma, todavía se crea una brecha comunicativa que afecta la dinámica de la relación.

Los padres pueden inculcar a sus hijos hablar su idioma de origen, hecho que tiene enormes beneficios, pero aun así, cuando posean la oportunidad, los inmigrantes de segunda generación estarán hablando en inglés entre sus pares, como es lo esperado.

La pérdida de la pureza cultural conforme avanzan las generaciones es inevitable, no obstante este hecho no invalida todo intento por preservar las raíces y exponer a las generaciones posteriores a múltiples riquezas culturales a las que sus ancestros pertenecen.

La preservación de la cultura no será absoluta pero si enriquecedora a pesar de su alteración. Sin embargo, es importante reconocer que no se le puede negar a las segundas generaciones, ni a las generaciones posteriores, el derecho de considerarse típicos americanos si esa es su identidad más fuerte. Es aquí donde a menudo reside conflictos entre la primera y posteriores generaciones de inmigrantes.

Los inmigrantes de primera generación ven cómo sus tradiciones y costumbres pierden fuerza en sus hijos nacidos aquí y este proceso a menudo es conflictivo.

Es importante y enriquecedor alentar a las generaciones posteriores a aprender de la cultura de sus ancestros, pero esperar que las tradiciones sean incorporadas con la misma intensidad y pureza como las viven los inmigrantes de primera generación, es tal vez improbable.

Psicoterapeuta bilingüe y Consultora Multicultural, MS, LPC, CRC, YT, IWLC. Asesora Certificada de Rehabilitación, Maestra e Instructora de Reiki, Instructora Certificada de Yoga, Coach de Vida. Fundadora...