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El estado de Florida rebasó las 50,000 muertes por COVID-19 desde el inicio de la pandemia, informaron este jueves autoridades sanitarias. Más de una cuarta parte de los decesos ocurrieron este verano debido al brote de la variante delta.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han registrado 50,811 muertes luego de añadir más de 1,500 reportadas el jueves por el departamento de salud del estado. Esos decesos ocurrieron en distintas fechas en las últimas semanas.

Florida cuanta con la 11va peor tasa de mortalidad per cápita entre los 50 estados, de acuerdo a los CDC. Nueva Jersey, Mississippi y Nueva York registran los peores índices; sin embargo, Florida subió desde el puesto 17 en las últimas dos semanas.

Aproximadamente, uno de cada 400 residentes de Florida que estaban vivos en marzo de 2020 han fallecido de coronavirus desde entonces. Sólo el cáncer y las enfermedades cardíacas han provocado más fallecimientos entre los habitantes del estado durante ese periodo, según estadísticas del departamento de salud del estado.

Durante una conferencia de prensa organizada para promover el uso de anticuerpos monoclonales para combatir el COVID-19, el gobernador Ron DeSantis trató el teman de las muertes con un semblante desencajado.

“Ha sido un año y medio realmente difícil”, reconoció DeSantis.

DeSantis, que se ha opuesto a la imposición de las vacunas y al uso de mascarillas, dijo que la ola más reciente, que comenzó en junio, ha afectado a personas más jóvenes y sanas.

Egresado de la carrera de Comunicación y Periodismo en la Facultad de Estudios Superiores Aragón, UNAM. amendoza@lanoticia.com