Los estudiantes de 12 años en adelante que sean parte del sistema escolar de Los Ángeles deberán estar vacunados antes de volver a las aulas el próximo año.
En medio de las diferentes posturas respecto a exigir o no la vacunación para niños, esta medida anti COVID-19 figura entre las más estrictas implementadas en el país.
La junta del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD por sus iniciales en inglés) votó el jueves para requerir que todos sus casi 630,000 estudiantes estén vacunados. Aquellos que practican deportes y actividades curriculares tienen límite hasta finales de octubre y el resto para el 19 de diciembre.
Los estudiantes que no puedan presentar prueba de vacunación no podrán acudir a clases presenciales al concluir las vacaciones de invierno, el 11 de enero. En ese caso tendrán que trabajar de manera remota en el programa de estudio independiente del LAUSD.
Hasta el momento hay alrededor de 80,000 estudiantes que no están completamente vacunados, según funcionarios del distrito.
"Esta medida no es sobre violar los derechos de nadie", dijo la integrante de la junta escolar, Monica Garcia. "Esta medida es sobre hacer lo que corresponde para poder ofrecer escuelas públicas a las que los niños puedan acudir y estar a salvo".
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Pocos estados exigen vacuna a estudiantes
El segundo mayor distrito escolar del país será el más grande y de los pocos con un requerimiento de este tipo. Culver City, también en California, impuso una política similar el mes pasado para sus 7,000 estudiantes.
El sistema escolar de la ciudad de Nueva York, el más grande del país, sólo ha requerido vacunación para sus 20,000 estudiantes que practican deportes considerados de alto riesgo de contagio, como la lucha.
Los Ángeles ha sido más agresivo que la mayoría de los distritos en establecer medidas de seguridad contra el COVID-19. Realiza pruebas diagnósticas a todos sus estudiantes y empleados cada semana. También requiere el uso de mascarillas en espacios abiertos y cerrados y ha ordenado la vacunación entre sus empleados.
El LAUSD fue uno de los últimos entre los distritos más grandes del país en reanudar las clases presenciales la primavera pasada. El sindicato de maestros se opuso a la medida durante meses por preocupaciones de salubridad.
El sindicato elogió la directriz, a la que había aspirado después de que se ordenó que todos los maestros se vacunaran.
"El COVID-19 está mutando, se está transmitiendo a nuestros estudiantes y las vacunas siguen siendo la mejor línea de defensa de nuestra comunidad para evitar el contagio continuo de la enfermedad", dijo Cecily Myart-Cruz, presidenta de Maestros Unidos de Los Ángeles.
Casi tres cuartas partes de la población estudiantil del distrito es latina, y muchos de ellos son pobres. Entre los adultos, los latinos pobres están vacunados a una tasa menor a la del promedio estatal.
El condado de Los Ángeles registró un aumento en las tasas de infección de coronavirus en niños entre mediados de julio y mediados de agosto. Pero dichas cifras se han reducido desde entonces, dijo Barbara Ferrer, directora del departamento de Salud Pública del condado.
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