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Una de las actividades más frustrantes para mi es correr en la arena. Parece que por más que me esfuerzo la arena trabaja contra mí y no me permite llegar a la velocidad deseada. A veces nos pasa lo mismo en la vida. Tratamos y luchamos por avanzar, pero nos damos cuenta que no estamos teniendo mucho progreso.

Si esa es su experiencia, le invito a considerar tres razones que pueden estar afectando su progreso personal y por consiguiente el progreso de su familia:

1. Quejarse en lugar de buscar soluciones

La Biblia nos habla de cómo Dios liberó a su pueblo (Israel) de Egipto, pero los mantuvo en el desierto por 40 años. Una de las razones por las cuales no pudieron entrar a la Tierra Prometida inmediatamente fue su actitud. Por todo se quejaban. No les gustaba la comida, la arena, el agua, sus líderes. Cada vez que se quejaban, Dios les decía: Otra vuelta.

Si usted hoy está viendo mucho movimiento en su vida, pero no mucho progreso, lo primero que debería examinar es su actitud. Una mala actitud nos atrasa. Una mala actitud es contagiosa, y no solo le podrá afectar a usted, sino también a los que le rodean.

2. No tener principios morales sólidos

La obediencia a los mandamientos de Dios no nos gana el cielo. Somos salvos solamente por gracia. Lo que la obediencia si hace, es que nos prepara para recibir las bendiciones de Dios pues demuestra nuestra alianza con Él y nuestra madurez.
Obediencia a los principios es un sinónimo de madurez. Es el momento en su vida cuando entiende que el camino de Dios es mejor que el suyo.

Cuando desobedecemos la palabra de Dios, llegamos a tener lo que podemos alcanzar por nuestras propias fuerzas. Cuando obedecemos, recibimos lo que Dios nos puede dar. ¿Qué prefiere?

3. Falta de visión

Muchas veces no llegamos más lejos por falta de visión. Nos conformamos con salir de Egipto, aunque no hayamos llegado a la Tierra Prometida, pero por lo menos ya no somos esclavos... ¿verdad? No se conforme con lo bueno, cuando lo mejor está disponible.

Visión se define fácilmente: Verlo antes de tenerlo. Pregúntese: ¿En que está soñando últimamente? ¿Qué le mantiene despierto en la noche porque no puedes esperar a que suceda? ¿Por qué objetivo grande está trabajando? Dispare sus flechas como si llegara a las estrellas, si falla, por lo menos llegará a la luna.
Dios no nos creó para dar vueltas en el desierto. Él nos puso en esta tierra para más. Le invito a examinar su vida, y comenzar a hacer los cambios necesarios para llegar a la Tierra Prometida.

Consejero familiar y motivacional, autor de 14 libros sobre la familia. Para preguntas o comentarios escriba a: rhvidaministries@gmail.com