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Un mujer acostada sin poder dormir.

Procurar tener un buen descanso en la noche no solo es importante para la salud física sino también para la salud emocional. Durante el sueño más profundo, nuestro sistema inmunológico se restablece, lo cual nos ayuda a combatir las enfermedades en nuestro cuerpo.

Pero también, la falta de sueño puede afectar nuestro estado emocional, ya que nos vuelve irritable, susceptible a la depresión y ansiedad, de la misma manera que, cuando enfrentamos alguna situación emocional afecta nuestro patrón de sueño.

Buenas prácticas del sueño

Para proteger nuestro tiempo de descanso, es necesario desarrollar unas prácticas o rutinas que sean saludables. A continuación, algunas de estas.

Explorar cuántas horas de sueños necesitas para tener un buen descanso. Usualmente se necesita entre , pero algunas personas pueden necesitar un poco más. Es importante mencionar que dormir en exceso (ej. más de 10 horas) tampoco es saludable y puede ser señal de alguna condición médica o emocional.

Proteger las horas de sueños estableciendo una rutina consistente de la hora de ir a la cama y la hora de despertarse.

Evitar el uso del cuarto para otras actividades como ver televisión, comer, navegar por internet, entre otras, ya que puede confundir al cerebro y hacer más difícil reconocer el cuarto como el espacio de descanso.

Evitar dormir siestas durante el día.

Realizar otras prácticas o rituales que puedan ayudar en la transición del agite del día hacia un estado de mayor relajación (ej. baño de tina o ducha con agua caliente, una lectura relajante, tomar algún te, entre otras).

Cuando el estrés afecta el descanso

El estrés y la ansiedad pueden afectar el tiempo de descanso. Esto se debe a la dificultad que puede tener la persona con “desconectarse” de las preocupaciones.

¿Cómo combatir las preocupaciones?

Separar tiempo para las preocupaciones

Se recomienda que sea un tiempo durante el día para que no interfiera con el tiempo de dormir. Este tiempo (ej. ½ hora a 1 hora), será dedicado a hacer un listado de las preocupaciones e identificar si hay algo que puedes hacer para resolver la situación o si es una preocupación innecesaria porque no hay nada que puedas hacer al respecto.

Aprovecha este tiempo para ser productivo en la identificación de soluciones o decidir soltar la preocupación porque no hay nada que puedas hacer. Cuando surjan preocupaciones fuera del tiempo establecido puedes recordarte que vas a volver a pensar en los problemas en el tiempo que has acordado para eso.

Zona libre de preocupaciones

Para algunas personas, dedicar un tiempo a las preocupaciones puede ser muy abrumador. Otra alternativa es decidir que una hora antes de acostarte a la cama está prohibido preocuparte, porque es un tiempo libre de preocupaciones.

A algunas personas les resulta mejor combinar ambas estrategias. El objetivo de estas estrategias es controlar las preocupaciones y solo atenderlas en un tiempo en el cual puedes ser productivo para buscar alternativas y no para afectar nuestro bienestar físico y emocional.

Recuerden que esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud emocional. Para mayor información pueden llamar al: 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D.

Psicóloga Clínica e Investigadora

Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill

Departamento de Psiquiatría

984-974-3795

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría