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La comida en la cultura latina tiene un significado central sobre nuestra herencia cultural y familiar. Es muy cierto que cuando vivimos fuera de nuestros países, la comida nos conecta con nuestras raíces, y en ocasiones nos conecta con ese ser amado que nos preparaba algún plato en específico, especialmente cuando estábamos enfermos o simplemente para celebrar alguna ocasión especial. Pero es importante que no olvidemos cuál es la función de la comida para nuestro cuerpo y que hay otras maneras en que podemos aprender para manejar nuestras emociones.

La conexión que hacemos entre la comida y el bienestar emocional puede llevarnos a un círculo vicioso en el cual, en vez de comer para satisfacer una necesidad fisiológica de hambre, comemos para conectarnos con nuestras emociones.

Los peligros de comer compulsivamente o emocionalmente

Dejamos de escuchar nuestro cuerpo

Perdemos la conexión con las señales de hambre y saciedad. Estas señales que nos envía nuestro cerebro permite que podamos comer las cantidades de alimentos apropiadas para nuestro cuerpo, de lo contrario vamos a tener una tendencia a comer en exceso.

No abordamos la raíz del problema

Disfrazamos y escondemos las emociones con la comida. Para tener una vida emocional saludable es importante aprender a expresar nuestras emociones. Esconderlas puede llevarnos a un estado de profunda tristeza o ansiedad.

Aumenta la tendencia a estar en sobrepeso

Cuando son las emociones las que deciden cuándo y cuánto voy a comer, las probabilidades de que la situación nos lleve al sobrepeso es bien alta.

Perpetúa un ciclo de dependencia

Cuando asociamos la comida como nuestro sentido de comodidad o placer emocional, estamos creando una dependencia hacia la comida. Permitimos, sin darnos cuenta, que se convierta en nuestra única fuente de gratificación y de bienestar.

¿Cómo romper el ciclo de dependencia emocional con la comida?

Aceptación:

Reconocer el papel que tiene la comida en la vida emocional es el primer paso.

Identificar otras maneras para manejar las emociones:

Hay diversas maneras que podemos aprender a expresar nuestras emociones y a comenzar a llamar las cosas por su nombre. Por ejemplo, si esta triste, comenzar a expresar ese sentimiento en vez de decir que tiene hambre.

Buscar ayuda profesional:

Hay situaciones emocionales que requieren de ayuda profesional. Esto no quiere decir que usted no tenga el carácter o la fuerza de voluntad; todo lo contrario, buscar ayuda es señal de fortaleza y de saber reconocer cuándo es necesario recibir apoyo de un otro.

Recuerden que esta información no sustituye una consulta con un profesional de la salud emocional. Para mayor información pueden llamar al 984-974-3795.

Mae Lynn Reyes-Rodríguez, Ph.D. Psicóloga Clínica e Investigadora Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill Departamento de Psiquiatría