Hace cinco años un policía latino, Ricardo “Ricky” Gálvez, de 29 años, murió tras recibir varios disparos mientras se encontraba en su automóvil en un estacionamiento en la estación de la Policía del condado de Los Ángeles, California.
No fue hasta esta semana que los dos responsables del asesinato, Jeremy Anthony Álvarez (26) y Steven Knott (23) fueron condenados a cadena perpetua, de acuerdo con Telemundo.
La Fiscalía Federal del Distrito de Los Ángeles indicó que a Álvarez se le condenó a un mínimo de 30 años en prisión y a un máximo de cadena perpetua. Se declaró culpable en marzo de un asesinato en segundo grado y de un intento de robo. A Knott se le condenó por 50 años tras haberse declarado culpable por el asesinato en primer grado e intento de robo.
El teniente a cargo de la muerte, John Carina, del Departamento del Sheriff de Los Ángeles, dijo que la muerte fue un intento de robo “que terminó mal”.
El policía latino recibió los disparos que le arrebataron la vida el 18 de noviembre de 2015. Todo ocurrió mientras vestía de civil tras asistir a un entrenamiento a eso de las 11:00 p.m. Inesperadamente, los hombres se acercaron y le dispararon. Pese a que un policía que escuchó las detonaciones siguió el auto de los responsables, se bajaron del auto y se escaparon.
En un principio, se pensó que el asesinato había sido premeditado con el único objetivo de asesinarlo, según ABC 30.
Era un gran policía
En 2015, sus colegas de trabajo lo describieron como un hombre de gran profesionalismo y con una sonrisa contagiosa. Mencionaron que disfrutaba ayudar a los residentes de su comunidad en California. Igualmente, servir en las fuerzas armadas de Estados Unidos durante dos despliegues a Irak como veterano de la Marina.
La Noticia redactó esta nota con información de ABC 30 y de Telemundo.