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Los tiempos han cambiado. Cada día es más normal que un estudiante porte celulares en la escuela, a pesar de las normativas que limitan el uso de dispositivos electrónicos si no son esenciales. El asunto es que este hábito también está incrementando los problemas.

Para este nuevo año escolar, Rock Hill Schools, en Carolina del Sur, decidió prohibir los teléfonos celulares en las aulas. En teoría esta es una norma que abarcaba al 76 % de las escuelas del país en 2020, según el Centro Nacional de Estadísticas de Educación, pero la pandemia también revolucionó esto así como muchas otras cosas.

Durante el confinamiento por el COVID-19 se redujo el contacto físico y se incrementaron las interacciones en línea, aumentando la dependencia a los dispositivos en general. Las clases virtuales propiciaron el hecho de que los padres no podían escoger librar a sus hijos de un aparato, sino que además los obligó a buscar los más actuales para facilitar la conexión y el uso de aplicaciones que demandaban las asignaciones.

Una vez que se dio el retorno a las aulas, no ha sido fácil desprenderse de los teléfonos, lo cual es un problema.

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¿Cómo afectan o benefician los teléfonos celulares a los estudiantes?

Usar un teléfono celular para fines escolares se asocia con varios beneficios:

  • Permite aprender en cualquier lugar incluso fuera del centro educativo.
  • Desarrolla competencias digitales.
  • Promueve el uso de metodología activas.
  • Mejora la presentación de los trabajos y proyectos debido al apoyo de las herramientas digitales.
  • Favorece la comunicación entre el alumno y el docente, así como la del docente y los padres gracias a las plataformas de comunicación y mensajería.

Sin embargo, estas no son bondades que se aprecian en el uso de los celulares en el aula. Por el contrario, hay algunos perjuicios. Según un estudio:

"Cuando a los estudiantes se les permite usar teléfonos, tabletas u otros dispositivos con fines no académicos durante las clases en el aula, obtienen peores resultados en los exámenes de fin de semestre,

reveló la Universidad Rutgers-New Brunswick.

El estudio, publicado en Educational Psychology, también encontró que aunque algunos estudiantes no usan dispositivos electrónicos en clase, pero asisten a clases donde otros compañeros lo hacen, igualmente obtienen peores resultados. Esto sugiere que los teléfonos y tabletas dañan el ambiente de aprendizaje grupal.

Además del bajo rendimiento, hay otros inconvenientes asociados a los celulares en la escuela:

  • Representan una distracción para los estudiantes y terminan prestando menos atención de lo normal.
  • Propicia el uso de redes sociales de forma inapropiada.
  • Aumenta el mal comportamiento de los jóvenes.
  • Hay indicios de que altera la salud mental.
  • Puede ser objeto de bullying dentro de la escuela.
  • Es una tentación para hacer trampa en los exámenes.
  • Se usa para exponer a personas o situaciones de forma peligrosa.

Entonces, ¿es conveniente permitir los celulares en las aulas?

Esta es una pregunta difícil de responder. Existen distritos escolares, maestros y hasta padres con diferentes perspectivas sobre este asunto, y no es sencillo ponerlos de acuerdo.

Parece que a estas alturas el problema no es tanto el permitirlos o no, sino crear mecanismos de convivencia efectivos o normas claras al respecto. Y la razón es que es inevitable que haya niños en edades tan tempranas como los 12 años que ya tienen teléfono, por lo que urgen fórmulas que permitan integrar la tecnología con el buen uso de ella.

Los padres también pueden jugar un papel clave sobre qué pautas dar a sus hijos. No es menor pensar en los peligros a los que los teléfonos celulares conducen como el ciberacoso. Por otro lado, la dependencia a la tecnología conlleva a una reducción de la participación activa, del pensamiento crítico y la socialización.

No obstante, muchos representantes están aterrados de no poder estar en contacto con sus hijos en situaciones como un tiroteo, por ejemplo. También es entendible. En contraposición a esto, los Servicios Nacionales de Seguridad Escolar advierten que la comunicación por teléfono celular durante una emergencia de este tipo puede en realidad aumentar los riesgos de seguridad y empeorar un desenlace feliz.

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¿A qué edad es apropiado que un niño tenga un teléfono celular?

Los celulares en la escuela se han incrementado debido a que cada vez son más los niños que obtienen este dispositivo a menor edad. El Child Mind Institute dice que

"Si su hijo está preparado para un teléfono o no depende, no solo de su edad, sino también de su grado de madurez". 

Child Mind Institute

Hace alrededor de 5 años un informe de Common Sense Media reveló que a la edad de 11 años, más de la mitad de los niños en Estados Unidos tienen su propio teléfono inteligente. Pero, especialistas dicen que una edad apropiada puede ser los 14 años y otros incluso los 16.

El tema es que dar un celular a un niño es entregar la llave a un sinfín de beneficios con todo y sus riesgos. Así que si bien no hay un consenso sobre la edad ideal, si un padre cree que su hijo está listo para manejar un teléfono, no debe darle el control. Por otro lado, el obsequio debe venir con instrucciones de uso, que son más bien normas de responsabilidad, manejo compartido de contraseñas y límites.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com