Alejar a los hijos de convertirse en acosadores o personas que hacen bullying se puede lograr con la enseñanza de valores.
La falta de atención a los pequeños detalles permite exponer a los más vulnerables a muchos peligros. Hay que recordar que los hijos pueden estar del lado de la víctima o del victimario, es decir, ser el que es acosado, pero también el que acosa sin que sus padres lo sepan.
¿Qué es el bullying?
Dicho de manera simple, el bullying o acoso:
"es cuando un niño se mete con otro niño una y otra vez"
Los tipos de bullying incluyen:
- Maltrato físico: golpear, patear, empujar, ahogar, dar un puñetazo.
- Maltrato verbal: amenazar, burlarse, incitar al odio.
- Exclusión social: excluir a las víctimas de las actividades o iniciar rumores sobre ellas.
El bullying es frecuente y muy peligroso. Cuando ocurre de manera reiterada termina por dañar tanto a una persona, que puede llevarla a tomar decisiones drásticas como el suicidio. Ocurre, muy usualmente, en las escuelas, cuando los adultos no están pendiente de sus hijos o cuando es fácil tomar una identidad falsa como en las redes sociales (ciber bullying).
¿Qué valores enseñan a mi hijo a no hacer bullying?
Dar el ejemplo con estos valores y dedicarse de manera individual a enseñarlos ayuda a prevenir que los hijos se conviertan en acosadores.
1. Respeto
Un niño que aprende de respeto sabe cómo tratar a todos por igual. Pero sobretodo que cuida sus palabras para no herir ni hacer sentir mal a los demás. El respeto se debe fomentar hacia todo lo que les rodea: a los miembros de la familia, a sus amigos, a los animales, al medio ambiente, a las reglas.
2. Tolerancia
La tolerancia, por su parte, les enseña a reconocer que hay personas con diferencias tanto físicas como ideales o conductuales. De esa manera no serán capaces de juzgar a alguien por pensar distinto, por vestirse fuera de la moda o por tener gustos que no sean los que comparten.
3. Humildad
Muy de la mano de la tolerancia viene la humildad, con la que cada cual es capaz de reconocerse similar a los demás y nunca como alguien superior. Es cuando los niños aprenden a saber que tienen virtudes y debilidades. Además de aprender a conocerse, esto les abre una puerta hacia el interés por ser cada día mejores.
4. Empatía
Esto no es más que tener la capacidad para ponerse en el lugar de otro. Es una forma de encontrar límites a las acciones aprendiendo a pensar cómo se sentiría que te hieran, te golpeen o te excluyan.
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5. Responsabilidad
No es menos importante que los niños aprendan a hacerse responsables de sus actos. Así podrán saber que sus acciones tienen consecuencias y serán capaces de pensarlas antes de actuar de manera irresponsable. Las obligaciones y cooperación en el hogar son una forma de enseñar este valor.
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