El Viernes Santo es el día que se recuerda la Pasión y Muerte de Cristo. En las comunidades recrean los sucesos a través del Vía Crucis en señal de acompañamiento a Jesús hasta su crucifixión en el Monte Calvario.
Las oraciones del Viernes Santo se suelen hacer durante la llamada hora de la Misericordia, que son las 3:00p. m., hora en la que murió Jesús. La Oración de la Divina Misericordia se reveló a Santa Faustina Kowalska durante una visión que tuvo en la década de 1930.
¿El Viernes Santo es un día de luto?
Ciertamente este día es de luto para la religión católica y cristiana, pues es cuando Jesús entregó su vida por la salvación de la humanidad. La Pasión de Cristo comienza luego del Jueves Santo cuando celebró la Última Cena con los Apóstoles, cuando les revela que uno de ellos lo traicionaría.
Judas, el Iscariote, fue quien lo vendió por treinta monedas de plata. Allí comenzó el calvario que lo llevó a la condena por parte de Poncio Pilatos. Jesús padeció el horror de los latigazos tras despojarlo de sus ropas. También le colgaron una corona de espinas en su cabeza hasta hacer sangrar su frente. Cargó una pesada cruz hasta el Monte Gólgota (Monte Calvario), en las afueras de Jerusalén.
El último respiro de Jesús en la cruz a la que lo clavaron ocurrió a las 3 de la tarde de un viernes. Sobre él, estaba un cartel que decía INRI, en latín "Ievs nazarenvs rex ivdaeorvm", en español, "Jesús el Nazareno, Rey de los Judíos".
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¿Qué es el Vía Crucis y cuántas estaciones tiene?
Cada Viernes Santo se recrea el sufrimiento de Jesús en "el camino de la cruz" o "Vía Crucis". Alrededor de todo el mundo se escenifican los sucesos con personajes que toman el lugar de los principales involucrados en los hechos.
En el Vía Crucis se recorren 14 estaciones y se hacen meditaciones y oraciones de Viernes Santo:
- 1ª Estación: Jesús es Condenado a Muerte
- 2ª Estación: Jesús con la Cruz a Cuestas
- 3ª Estación: Jesús Cae por Primera Vez
- 4ª Estación: Jesús Encuentra a su Madre
- 5ª Estación: Simón Ayuda a Jesús a Cargar su Cruz
- 6ª Estación: La Verónica Limpia el Rostro de Jesús
- 7ª Estación: Jesús Cae por Segunda Vez
- 8ª Estación: Jesús Consuela a las Mujeres de Jerusalén
- 9ª Estación: Jesús Cae por Tercera Vez
- 10ª Estación: Jesús es Despojado de sus Vestiduras
- 11ª Estación: Jesús es Clavado en la Cruz
- 12ª Estación: Jesús Muere en la Cruz
- 13ª Estación: Jesús es Bajado de la Cruz
- 14ª Estación: Jesús es Puesto en el Sepulcro
Oraciones de Viernes Santo en la hora de la Misericordia
"¡Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como Fuente de Misericordia para nosotros, en ti confío!".
Tu expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó inmensamente para las almas, y el océano de Misericordia se abrió por todo el mundo. O fuente de Vida, Oh Misericordia Infinita, envuelve todo el mundo y desocúpate sobre nosotros.
"¡Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús como Fuente de Misericordia para nosotros, en ti confío!".
Oh Jesús, te entregaste por nosotros a tan asombrosa pasión únicamente por amor. La justicia de tu Padre habría sido expiada con un solo suspiro tuyo y todos tus anonadamientos son actos de tu misericordia y tu inconcebible amor (...)
Cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste tu vida eterna, al haber permitido abrir tu sacratísimo costado nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia; nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir, la sangre y el agua de tu Corazón. He aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye a nosotros.
Oh Jesús, Verdad eterna, Vida nuestra, te suplico y mendigo tu misericordia para los pobres pecadores.
Dulcísimo Corazón de mi Señor, lleno de piedad y de misericordia insondable, te suplico por los pobres pecadores. Oh sacratísimo Corazón, fuente de misericordia de donde brotan rayos de gracias inconcebibles sobre toda la raza humana. Te suplico luz para los pobres pecadores. Oh Jesús, recuerda tu amarga pasión y no permitas que se pierdan las almas redimidas con tan preciosísima, santísima sangre tuya. Oh Jesús, cuando considero el alto precio de tu sangre, me regocijo en su inmensidad porque una sola gota habría bastado para salvar a todos los pecadores (...) Oh, qué alegría arde en mi corazón cuando contemplo tu bondad inconcebible, oh Jesús mío. Deseo traer a todos los pecadores a tus pies para que glorifiquen tu misericordia por los siglos de los siglos.
Oh Jesús extendido sobre la cruz, te ruego concédeme la gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de tu Padre en todas las cosas, siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que te ruego, Jesús, que de tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan constantemente: hágase tu voluntad, Señor.
Oh Salvador del mundo, amante de la salvación humana que entre terribles tormentos y dolor, te olvidaste de ti mismo para pensar únicamente en la salvación de las almas. Compasivísimo Jesús, concédeme la gracia de olvidarme de mí misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de tu Padre.
Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y se abrió el mar de misericordia para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable misericordia de Dios, abarca el mundo entero y derrámate sobre nosotros.