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La Novena de Navidad es la preparación más cercana al nacimiento de Jesús. Es un tiempo de reunión familiar, pero también de regocijo y esperanza.

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¿Cómo realizar la Novena de Navidad?

Cada día se lee:

1) Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por  tan inmenso beneficio. En retorno, te ofrecemos, Señor, el esfuerzo sincero para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda para poderlo realizar. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, a fin de que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de la verdad, la justicia, el amor y la paz. Amén.

(Rezar tres Gloria al Padre)

2) Lectura de cada día de la Novena de Navidad

Lectura del Primer Día

"Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó: ¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!

María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador, porque se fijó en su humilde esclava, y desde ahora todas las generaciones me llamarán feliz. El Poderoso ha hecho grandes cosas por mí: ¡Santo es su Nombre! Muestra su misericordia siglo tras siglo a aquellos que viven en su presencia. Dio un golpe con todo su poder: deshizo a los soberbios y sus planes. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con manos vacías. Socorrió a Israel, su siervo, se acordó de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a Abraham y sus descendientes. María se quedó unos tres meses con Isabel, y después volvió a su casa" (Lc 1,39-56).

Lectura del Segundo Día

"Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años subió con ellos a la fiesta, pues así había de ser. Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el niño se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran. Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén.

Al tercer día lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Los presentes quedaban asombrados de su inteligencia y respuestas. Sus padres se emocionaron al verlo; su madre le decía: Hijo, ¿por qué nos haces esto? Tu padre y yo hemos estado angustiados mientras te buscábamos. Él les contestó: ¿Por qué me buscaban? ¿No saben que debo estar donde mi Padre? Pero ellos no com- prendieron esta respuesta" (Lc 2,41-50).

Lectura del Tercer Día

"En la región había pastores que vivían en el campo; por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. Se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de claridad. Y quedaron asustados. Pero el ángel les dijo: No tengan miedo, pues vengo a comunicarles una buena noticia, motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre. De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron junto al ángel, y alababan a Dios con estas palabras: Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres: ésta es la hora de su gracia" (Lc 2,8-14).

Lectura del Cuarto Día

"Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Vayamos hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer. Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido acostado en el pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del niño. Los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían. María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los meditaba en su interior. Después los pastores regresa- ron alabando y glorificando a Dios por lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado" (Lc 2,15-20).

Lectura del Quinto Día

"Yo soy el Brote y el Descendiente de David, la estrella radiante de la mañana. El Espíritu y la Esposa dicen: ¡Ven! Que el que escucha diga también: ¡Ven! El que tenga sed que se acerque; y el que lo desee reciba gratuitamente el agua de la vida" (Apoc 22,16 -17).

Lectura del Sexto Día

"Herodes llamó en privado a los magos, y les hizo precisar la fecha en que se había aparecido la estrella. Después los envió a Belén y les dijo: Vayan y averigüen bien todo lo que se refiere a ese niño, y apenas lo encuentren avísenme, para ir yo también a rendirle homenaje. Los Magos se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Al entrar en la casa vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron y le adoraron; abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Luego se les avisó en sueños que no volvieran donde Herodes, así que regresaron a su país por otro camino" (Mt 2,1-12).

Lectura del Séptimo Día

"En aquella ocasión Jesús exclamó: Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer. Vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso" (Mt 11,25-29).

Lectura del Octavo Día

"Reflexioné sobre los hombres: Dios los prueba para demostrar que, en sí son como animales. Porque una misma es la suerte de los hombres y la de los animales: la muerte de unos es como la de los otros, ambos tienen un mismo aliento vital, sin que el hombre aventaje al animal, pues todo es vanidad. To- dos van al mismo lugar: todos vienen del polvo y regresan al polvo. ¿Quién sabe si el aliento vital del hombre va hacia arriba y el del animal baja al fondo de la tierra? Así que comprendí que la única felicidad del hombre consiste en disfrutar de lo que hace, porque esa es su recompensa. Pues, ¿quién le hará ver lo que suceda después de él?" (Eclesiastés 3,18-22).

Lectura del Noveno Día

"Mientras estaban en Belén, llegó para María el momento del parto y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, pues no había lugar para ellos en la posada" (Lc 2,6-7).

3) Oración a la Santísima Virgen María

Soberana María, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de navidad, que nos reúnen alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.

(Rezar tres Avemaría)

4) Oración a San José

Santísimo San José, esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para hacer las veces de padre en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y formar a sus hijos, entregándoles con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a los hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén.

(Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria)

5) Oración al Niño Jesús

Señor, Navidad es el recuerdo de tu nacimiento entre nosotros, es la presencia de tu amor en nuestra familia y en nuestra sociedad. Navidad es certeza de que el Dios del cielo y de la tierra es nuestro Padre, que tú, Divino Niño, eres nuestro Hermano.

Que esta reunión junto a tu pesebre nos aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para matar el odio y sembrar la justicia y la paz. Oh Divino Niño, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estas tú y allí también es Navidad. Amén.

6) Gozos Navideños de la Novena de Navidad

R=Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! (R)

¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte el brazo! (R)

¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, Bella flor del campo. (R)

¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas de regio palacio! ¡Sácanos. Oh Niño con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado! (R)

¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. (R)

¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo! (R)

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, De Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado ya la oveja arisca, ya el cordero manso! (R)

¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo! (R)

¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario! (R)

¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! (R)

¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto! (R)

¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos Ven a nuestras almas, Ven, no tardes tanto!

Para terminar la Novena de Navidad algunas familias incorporan Villancicos.

Lic. en Comunicación Social. MBA en Mercadeo. CEO de Link BTL. Disfruto de leer y escribir. Soy madre y esposa agradecida con la vida. jgimenez@lanoticia.com