Las costillas de cerdo se caracterizan por ofrecer conjuntamente carne y hueso, son un corte especial y diferente a la chuleta. Pueden cocinarse asadas, fritas o en el horno.
Las costillas de cerdo también pueden conseguirse deshuesadas, son un plato favorito familiar porque son fáciles de comer y retienen todo ese delicioso sabor a cerdo, primero coceremos un poco en una olla con la marinada y luego cocinarlas al horno lentamente y a fuego lento para obtener unas gloriosas costillas acarameladas. Son algo del más allá.
Ingredientes
- 12 Costillas de cerdo sin hueso y sin grasa
- 1 Cucharada de puré de tomate
- 3 Cucharadas de vinagre de vino tinto
- 2 Cucharadas de azúcar morena
- 3 Cucharadas de aceite de girasol
- 2 Cucharadas de salsa Worcestershire
- La cáscara entera y larga de una naranja
- 1 Cucharadas de mostaza de Dijon
- 1 Taza de jugo de naranja
- ½ Cucharadita de ají dulce
Preparación
Precalentar el horno. En una olla mezclar el vinagre, aceite, la cascara y el jugo de naranja, la salsa de tomate, azúcar, salsa inglesa, mostaza y ají molido, llevar a un hervor por 5 minutos.
Colocar las costillas en una bandeja y bañarlas con esta mezcla dándoles vueltas para impregnarlas bien de esta salsa. Taparlas con papel de aluminio y hornear por media hora.
Retirar e el papel de aluminio y asar por 30 minutos más, dándoles vuelta y humedeciéndolas con la salsa hasta que las costillas estén oscuras y pegajosas.
Servir caliente y acompañar con puré de papa y vegetales salteados.
Esta vez utilice unas deliciosas zanahorias gourmet de diversos colores.