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El ser humano está hecho de relaciones. Cada vez que fallamos es una oportunidad para conectarnos con una persona que Dios ha designado para trabajar con nosotros.

Dios obra en otras personas para darnos consejos, apoyo y ayuda en tiempos difíciles. Para reconocer las ayudas que Dios nos brinda en esos momentos, es importante estar atento a quienes tienen experiencia, y estar abiertos a compartir nuestras vivencias con otras personas.

Abrir los ojos

El fracaso significa que una puerta se cerró. Cuando eso sucede la tentación es tratar de abrir la puerta otra vez y rehusarse a ver otras opciones.

Puedes ser que en este momento sienta una carga que no puede soportar. La única pregunta que uno se hace es: ¿Por qué?, ¿Por qué Dios?, ¿Por qué a mí?, ¿Por qué ahora? Aunque analizar lo que nos ha pasado es bueno, debemos evitar quedarnos en ese estado y considerar todas las opciones posibles.

En vez de estar tratando de derribar la puerta que se cerró, mire a su alrededor y descubrirá que Dios ha enviado a alguien para que le ayude en este tiempo de transición a una nueva realidad.

Sé que ha oído decir que Dios nunca cierra una puerta sin abrir una ventana. Eso es cierto. Lo más importante es que Dios le enviará a alguien que le dirija a esa dirección. El Salmo 146:8 dice: El Señor abre los ojos de los ciegos. El Señor levanta a los agobiados. El Señor ama a los justos.

Mentores

Hay personas muy sabias que debe oír. Probablemente ellos han pasado por las mismas experiencias y le pueden ayudar señalando soluciones específicas para la situación que ha tenido.

Es difícil encontrar buenos mentores, que no es lo mismo que aquellos que les gusta dar opiniones. De los opinioneros hay millones.

Busque buenos mentores. Ellos reservan su ayuda para aquellos que están dispuestos a escuchar y a desarrollar un plan efectivo en busca de la victoria, en vez de darle opiniones sobre lo dura que es la vida.

La palabra clave es escuchar. Si lo hace, encontrará excelentes mentores. Proverbios 12: 26 dice: Los justos dan buenos consejos a sus amigos, los perversos los llevan por mal camino.

Estudiantes

Este tipo de personas son menos experimentados que pueden aprender de usted. Cada lección que usted aprende es una oportunidad para compartir, ayudar, inspirar o apoyar a aquellos que están comenzando su camino.

Recuerde, su responsabilidad es compartir con otros, pero no usar su conocimiento para controlar a los demás. Nuestro deseo es que no cometan los mismos errores, pero a veces los controlamos demasiado, especialmente a los que más amamos, como por ejemplo a nuestros hijos.

Dios nos ama, se preocupa y nos cuida, pero nos da la oportunidad de tomar las decisiones libremente. Haga lo mismo con los demás. El Salmo 101:6 nos recuerda: Buscaré a personas fieles para que sean mis compañeros; sólo a los que sean irreprochables se les permitirá servirme.

Consejero familiar y motivacional, autor de 14 libros sobre la familia. Para preguntas o comentarios escriba a: rhvidaministries@gmail.com