Un estudio del National Center for Biotechnology Information (NCIB) del país arrojó que los pacientes de COVID-19 están en riesgo de desarrollar psicosis.
Los expertos señalaron que el virus provoca que el cuerpo de algunos pacientes se ataque a sí mismo.
Esto incluye el cerebro, pues el SARS-CoV-2 estaría afectando su barrera protectora.
La psicosis es una disrupción de los pensamientos y percepciones de las personas, de acuerdo a la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales.
Los pacientes ven y escuchan cosas que no son reales y tienen pensamientos, emociones y comportamientos extraños.

Los doctores tienen muy claro que la psicosis es un síntoma y no una enfermedad como tal.
Además de que se puede tratar de manera exitosa si se hace inmediatamente después de que aparezca.
Los pacientes de COVID-19 y el riesgo de psicosis
Los investigadores de Connecticut y California que realizaron el estudio analizaron el caso de un hombre de 30 años contagiado con coronavirus que desarrolló fiebre y luego la idea de que alguien lo raptaría.
El hombre no era usuario de drogas o medicamentos y en su familia no había historial de enfermedades psiquiátricas.
Tras contagiarse, el hombre estuvo 14 días aislado sin medicamentos contra la COVID-19 y solo auxiliado por su familia.
En los primeros días, el hombre dormía aproximadamente 22 horas al día, pero luego presentó insomnio y únicamente podía dormir entre tres y cuatro horas.
Tras el insomnio, el hombre comenzó a hablar sobre las luces que veía y decía que había estado hablando con Dios y con familiares que ya habían fallecido.
Al día 22 de haber dado positivo a la enfermedad, el paciente pateó una puerta y lastimó a su madre.
Esto provocó que sus familiares lo llevaran al hospital para ser analizado.
El hombre aseguró que era un veterano y que le preocupaba que usaran radiación con él.
Los doctores no encontraron nada malo en los estudios que le hicieron, por lo que solo le mandaron tratamiento antipsicótico para sus delirios.
Las alucinaciones no pararon y durante 12 días estuvo delirando. Incluso trató de atravesar una pared.
'Su psicosis subaguda, su enlentecimiento cognitivo y su reciente infección por SARS-CoV-2 despertaron preocupación por la psicosis mediada por autoinmunidad', se lee en el estudio.
Los doctores probaron un tratamiento IGIV, de inmunoglobulina intravenosa que generalmente se usa para afecciones autoinmunes.
Esto normalizó su ciclo de sueño y se terminaron los síntomas psicóticos.
Tres meses después fue dado de alta y pudo regresar con normalidad a su trabajo.
Los investigadores detectaron que aplicar de forma temprana la inmunoterapia para un trastorno autoinmune del sistema nervioso central mejora los resultados para los pacientes con psicosis luego tener COVID-19.