Un grupo de migrantes aprovechó la visita de diputados panameños a dos centros de recepción tras el paso por la selva de Darién en su tránsito a Estados Unidos y denunció supuestos casos de abuso sexual contra mujeres y niñas, así como robos y fallecimientos en ese flujo irregular que vive su mayor apogeo.
Los legisladores que atienden temas de la mujer y la niñez dijeron que recibieron numerosos informes de los migrantes al respecto. Esto llevó a crear una subcomisión que investigará los presuntos hechos.
Los extranjeros que hacen esa peligrosa travesía denuncian los abusos desde hace tiempo. Pero esta es la primera vez que llama la atención del Órgano Legislativo.
"Tuvimos testimonios de madres haitianas cuyas hijas menores de edad eran violadas; también fueron violadas muchas mujeres en compañía de sus esposos y (los autores) obligan a que los esposos observen", aseguró a los medios la diputada suplente y miembro de la Comisión de la Mujer, Niñez, Juventud y Familia, Walkiria Chandler.
Los migrantes dieron cuenta de decenas de casos de abuso sexual, según los diputados. También dijeron que las cifras de muertes durante el tránsito por la selva —que puede tomar entre cinco días y hasta una semana o más— son mayores de las que ha reportado la policía, de al menos 36.
"Cuando hablábamos con los migrantes, el número aumentaba, incluso muertes muy macabras", señaló Chandler.
El diputado Elías Vigil dijo que según los migrantes se tenía conocimiento de alrededor de 30 presuntos casos de abuso sexual durante la actual ola. Sin embargo, el médico encargado en esos centros habló de más de 200 reportes de supuestas violaciones.
La visita se realizó el fin de semana en los centros de Lajas Blancas y San Vicente. Allí se recibe a los migrantes y se les ofrecen alimentos y atención de salud mientras esperan para desplazarse en autobuses a otro punto en la frontera de Panamá con Costa Rica.
Abuso a migrantes incluye mala atención en otros sentidos
Los diputados señalaron que también recibieron quejas de irregularidades con la alimentación y el transporte para los migrantes, quienes pagan $40 para llegar a la frontera con Costa Rica.
Colombia y Panamá enfrentan la ola migratoria irregular más grande en más de una década por su porosa frontera común. Casi 70,000 extranjeros, procedentes principalmente de Haití, han cruzado a pie en lo que va del año el Tapón del Darién en ruta hacia Norteamérica. Muchos son familias enteras con hijos pequeños. Esta migración también incluye actualmente en menor proporción a cubanos, africanos y asiáticos.
Las denuncias ocurren cuando las autoridades enfrentan la presión por recientes informes de presuntos abusos sexuales en una institución de salud mental, que siguió al escándalo por iguales denuncias en albergues de menores regentados por el Estado.
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