Más de 100 miembros del Sindicato de Inquilinos de los apartamentos de Garden Terrace, en Durham, marcharon el domingo 21 de febrero hacia la casa del dueño de la propiedad, a quien acusan de negarse a llegar a un acuerdo sobre cambios en el contrato de arrendamiento.
Los inquilinos buscan negociar colectivamente con el propietario Jonathan Dayan ciertos cambios en los contratos de arrendamiento, como ofrecer protecciones a quienes enfrentan desalojo.
Los inquilinos, que se han estado organizando desde diciembre, también exigen un 21 de febrero que asegure reparaciones rápidas, ya que La Ciudad de Durham encontró más de 100 violaciones de salud en 17 unidades del complejo de apartamentos.
“Los propietarios no cumplen con su parte del trato— no nos responden. Usan la negligencia para expulsarnos, y luego remodelan y aumentan la renta”, dijo Marcos Calix, quien ha vivido en Garden Terrace por seis años.
“Queremos quedarnos en nuestros hogares porque esta es nuestra comunidad y no queremos ser expulsados a causa de aumentos en la renta, falta de mantenimiento, o rechazos del propietario para renovar nuestros contratos de arrendamiento”, agregó Calix.
Sheila Crawley, otra inquilina de Garden Terrace y miembro del sindicato dijo que se enfrenta al desalojo porque su contrato de arrendamiento de mes a mes no será renovado, aunque está al día con su alquiler.
Muchos inquilinos tienen contratos mes a mes, lo que significa que el propietario puede optar por no renovar el contrato sin aviso previo, explicó Stephanie Porter, portavoz de la organización Bull City Tenants United que apoya inquilinos en el área.
“Quiero un lugar al que pueda volver a casa sin tener que preocuparme de encontrar una carta de desalojo ahí”, dijo Crawley.
“Un contrato de arrendamiento colectivo me dará tranquilidad de espíritu, al saber que las reparaciones se realizarán de manera oportuna y que yo y mi familia tenemos un lugar donde quedarnos. Solo queremos sentirnos seguros en nuestros hogares”, comenta Crawley.
Cuando la multitud de 130 manifestantes llegaron afuera de la casa de Dayan, les gritó y luego llamó a la policía.
Los inquilinos dicen que no fueron disuadidos por sus amenazas, y se fueron en paz, declarando que continuarán luchando por sus derechos.
“Lo que yo he visto es que construir un sindicato y presionar colectivamente al propietario es la única manera de solucionar estos problemas. Estamos listos para seguir luchando”, dijo Crawley.